Entre los colmillos de los Bartholy VIII: Lágrimas de sangre

Capítulo 11 - Paces

NARRA HELENA

Vamos camino a la cocina, y casualmente, no nos encontramos a nadie, supongo que Dante habrá pedido mentalmente que no haya nadie en el camino, lo cual agradezco. Una vez llegamos allí, Dante me coge en brazos y me sienta en la isla de la cocina, y me besa.

_Muy bien mi reina, ¿qué te apetece comer? _me dice abrazándome y hablándome de cerca, pegando su cara a la mía.

_Lo que hagas me parecerá bien _digo mientras paso mis brazos por su cuello y lo beso.

_Te amo, eres lo mejor que me ha pasado nunca.

_Yo también te amo.

Yo paso mis brazos por su espalda y dejo mi cabeza caer en su hombro mientras huelo su cuello y él pasa sus brazos a mi alrededor y me aprieta contra su cuerpo. No puedo evitarlo, mis colmillos salen y acerco mi boca a su cuello. Noto como su piel se eriza cuando siente mis colmillos acariciar su piel, y me da más acceso inclinando un poco su cabeza y acercándose más. Yo lo muerdo y él abre mis piernas, aparta mi ropa interior, y entra en mí despacio, haciendo que ambos gimamos de placer. Él acaricia mi cuerpo y me hace el amor despacio, con cariño.

_Helena... mi amor... te amo, a ti y a nuestro pequeño que está por venir, os protegeré con mi vida.

_Lo sé, cariño. Te amo Dante, quisiera estar siempre así contigo.

_Siempre que quieras, mi amor.

Él me trata con cariño, con amor, como si fuera de cristal, y eso es lo que lo hace tan especial. No paramos de besarnos, y abrazarnos mientras hacemos el amor, hasta que ambos acabamos en un orgasmo a la vez mientras nos mordemos mutuamente.

_Amor, creo que necesitamos una ducha _le digo con una sonrisa.

_Eso está hecho.

Sin salir de mí, me coge por mis muslos y aparecemos en el baño de nuestra habitación. Nos damos una ducha para limpiar el cuerpo, y Dante sale de ella para ir hacia la bañera y llenarla. Yo salgo de la ducha y me Dante me lleva en brazos y me mete en la bañera para meterse él. Ha puesto la espuma con olor a rosas que me gusta y el agua está a la temperatura perfecta. Ambos nos relajamos y yo me dejo caer en el pecho de Dante, quien me abraza.

_ ¿Sabes qué va a ser? _me pregunta acariciando mi barriga.

_ Sobre eso es la visión que tuve mi amor... según lo que vi, el bebé no nacerá... _digo mientras se me cae una lágrima por mi mejilla.

_Explícate mejor.

Dante me gira y me sienta sobre su pierna para verme a la cara con preocupación. Yo cojo aire y fuerzas de donde no las tengo para contarle lo que vi.

_Verás, en la visión que tuve, había una guerra, sólo vi destrucción por todos lados. Me atacaban y mataban a nuestro bebé cuando aún estaba dentro de mí _digo llorando de nuevo.

_Tranquila mi amor, eso no va a pasar, siempre podemos cambiar las cosas, y ya sabes que las visiones ocultan cosas, quizás te atacaron pero no murió.

_No lo sé, sólo sé que me desperté en ese mismo momento, no pude ver ni quien fue.

_Tranquila, no dejaré que nada os pase, lo prometo. ¿Sabrías decirme de cuantos meses estabas?

_No exactamente, sólo sé que tenía la barriga muy abultada, estaría cerca de dar a luz, pero no sé cómo de rápido se va a desarrollar el bebé, recuerda que en mi familia cada embarazo ha sido diferente.

_Tienes razón. ¿Puedes provocar una visión?

_Eso mismo he pensado hacer, pero la verdad, me da mucho miedo lo que pueda ver. Y eso no es todo.

_ ¿Qué ocurre?

_Hablando con Víktor, creo que tiene una idea de lo que va a pasar, al menos hasta que nos interrumpiste. Me ha dicho que intensifique los entrenamientos, y que necesito hacerme más fuerte, me ha ofrecido beber su sangre.

_Yo... no sé que decir.

­_Y yo no sé qué pensar. 

_¿Crees que Víktor te contará algo más?

_No lo sé mi amor, pero tengo miedo _digo poniendo las manos en mi vientre.

_Tranquila, yo estoy aquí para ti, ahora vayamos a la cama, ya deben haber subido la cena. 

Nosotros salimos del baño y nos ponemos una toalla, aunque Dante insiste en secarme él mientras da besos por mi cuerpo. Una vez secos, vamos hacia la cama y en la mesita de la habitación hay una bandeja con la cena como dijo Dante. Coge la bandeja mientras vamos a la cama y cenamos allí sentados mientras sigo dándole vueltas a todo.

_Mierda, hoy me tocaba vigilar a Víktor en el espejo.

_Tranquila, lo hará Diana hoy, no tienes que preocuparte. 

_Pero es mi obligación, no quiero darle trabajo al resto. 

_Mi amor, tu única obligación ahora es cuidarte. ¿Has sentido algún síntoma del embarazo?

_De momento no, la verdad es que ni siquiera sabía que lo estaba, llamé a Jack por comprobar lo del sueño, pero sólo tengo unos días, supongo que según vayan pasando tendré más necesidad de beber sangre. Aunque espero que no tengo esas náuseas como con Ares, era realmente molesto..

_Siempre que lo necesites, puedes dejarme tus dientes por todo mi cuerpo... 

_Gracias mi amor, pero de momento creo que tendré que meditar si beber de Víktor o no. ¿Y si todo lo que dejó preparado es un montaje para ganarse mi confianza? Él es muy calculador y retorcido en realidad, aunque por muy raro que te parezca, me identifico mucho con él. 

_Haz lo que te dicte tu intuición. Pero deberías de coger a los más fuertes, si quieres mi opinión, si vas a beber de Víktor y de Conor, coge a otro demonio aparte de mí y otro lobo aparte de Sebastian. Se supone que según bebas un tipo de sangre u otro, afectaba al desarrollo del bebé. Así estarán equilibrados. 

_De momento contigo y Víktor tengo suficiente, no tengo tanta necesidad de beber, pero lo tendré en cuenta. Quizás se lo diga a Lucas, no quiero molestar a Sebastian, anda muy ocupado. 

_Está bien, ¿has pensado que otro demonio?

_A Azazel lo tengo a mano, pero si no me equivoco, el más poderoso junto a ti es Agramón. 

_Así es. 

_Bueno, ya lo iremos viendo. Ahora voy a dormir, estoy totalmente agotada. 

_Que descanses mi amor.

_Que descanses mi vida. 

Yo cierro los ojos abrazada por Dante, mientras me dejo llevar por el sueño y el calor de su cuerpo. Menos mal que hemos arreglado todo, lo necesito a mi lado, no quiero imaginar tenerlo todo el tiempo detrás de mí enfadado.