Capítulo 28 - Primeros aliados

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NARRA HELENA

Tras la cena, estoy en la habitación con el amor de mi vida. Estamos abrazados y me cuenta la reunión que han tenido.

_Ares va a ser presentado en el inframundo oficialmente como mi sucesor.

_Me parece bien. De todas formas, es tu primogénito, y le corresponde por derecho según vuestras leyes, ¿no?

_Así es. Aunque Diana también está preparada para reinar sin problemas.

_Y lo hará cuando llegue el momento. Es muy inteligente, y la veo perfectamente capaz que manejar a los vampiros insoportables.

_Ya lo creo...

_Bueno, ¿qué habéis concretado?

_Pues que llamaremos a las lamias, que normalmente van por libres, viven en nidos, y la verdad, les encantan cazar.

_Son mujeres medio serpientes que chupan la sangre como vampiros, ¿no?

_Sí, pero con potentes garras, unos dientes peores que los demonios, y su cola que va de cintura hacia abajo es grande y potente. Son máquinas de matar, mayormente.

_Nunca he visto a ninguna.

_Normalmente las dejamos en paz, no son muy amistosas.

_No lo parecen por como me lo cuentas... ¿Qué más?

_Pues hemos decidido contactar con los perros del infierno, ya sabes que no pueden morir, son como los lobos, pero además con lanzallamas incorporados _dice riendo.

_Ya, una ventaja que ataquen con fuego... ¿Alguno nos ayudo ya la otra vez, no?

_Si, Agramón tiene a varios bajo sus órdenes. Pero usaremos a todas las jaurías. Además también llamaremos a las quimeras y las furias.

_¿Las quimeras son tan horribles como cuentan?

_De lo peor, son máquinas de matar, muy útiles por cierto.

_Las furias ya las conozco... Tus hermanos me dieron el placer cuando estuve en el Tártaro...

_Siento mucho por lo que pasaste.

_Bueno, no fui la única que lo pasó mal... Y una cosa que te quería decir. Quiero que uses el anillo, el de Salomón.

_Pero mi amor, también te influirá a ti y a nuestros hijos.

_No hay nadie en quien confíe más para que lo lleve que en ti o nuestros hijos. Podría mi vida en vuestras manos sin dudarlo un momento.

_Mi Helena, mi amor... Yo haría lo mismo por ti, desde que te vi supe que estabas echa para mi, y desde el momento en que mis labios rozaron los tuyos, mi vida te pertenece completamente.

Nos damos un beso tierno, lleno de amor y me acurruco entre sus brazos. Sus manos acaricia mis brazos y estoy rendida totalmente a él.

_Ares va a convocar a las almas del inframundo.

_¿Qué? Eso es muy peligroso...

_Lo sabemos, por eso quiero presentarlo como heredero. Tiene que ganar estatus.

_No me gusta esa idea...

_No tenemos muchas opciones, pero al menos podéis controlarlas con el fuego fatuo.

_Supongo que toda ayuda es poca... Por cierto, Casandra me ha dado las hiervas para las visiones.

_¿Y el bebé?

_Dice que con el hechizo no debe de correr peligro.

_¿Estás segura?

_No lo sé... No quiero tener que volver a pasar por eso... Aunque en la visión que tuve, tenía el vientre muy abultado, supongo que todo estará bien, ¿no?

_Yo confío en ti mi amor, si crees que es seguro, tienes todo mi apoyo.

_Gracias... _digo apretando mis brazos con los suyos. _No sé qué haría sin ti...

_Pues lo mismo que conmigo, eres un mujer excepcional, inteligente, fuerte y hermosa. Eres increíblemente poderosa, y tendrías el mundo a tus pies, igual que ahora si quisieras.

_No quiero nada si no es contigo a mi lado...

_Te quiero tanto mi amor...

_Y yo a ti mi vida...

Dante me coge entre sus brazos, empieza a besarme mientras me abraza con fuerza y yo le devuelvo todo lo que su cuerpo me exige. Somos uno solo, un solo cuerpo, una sola alma. Estando de frente y abrazados, me hace suya con nuestras alas abrazándose también. Es algo realmente hermoso y lleno del más puro amor.

A la mañana siguiente, llaman a nuestra puerta temprano, y Dante se levanta a ver. Yo aún estoy tumbada en la cama descansando pero despierta.

_Buenos días, necesito hablar con mi reina _dice Baltasar mirando hacia mí.

_Dame un segundo vampirito, me visto y te veo abajo.

_También puedes verme así...

_Gracias pero no, te veré abajo.

Dante cierra la puerta y deja besos por mi espalda. Sus labios en mi piel hace que se me erice cada rincón de mi cuerpo. Saco mis colmillos para morderlo y vuelven a llamar a la puerta.

_¿Enserio? _dice Dante de mal humor.

_Tranquilo amor.

Él abre la puerta mientras yo estoy en el baño para darme una ducha, pero lo oigo todo perfectamente.

_Mi rey, Ifa ha llegado y solicita hablar con la reina _dice Azazel.

_Azazel, dile que vaya a mi despacho, voy para allá _digo dando una voz desde el baño.

_Sí, mi reina.

Dante cierra cuando Azazel se marcha, y viene al baño cuando estoy saliendo de la ducha.

_Mi amor, cámbiate rápido, que quiero que estés conmigo.

_¿Has conseguido la alianza de Kamus?

_La duda ofende mi amor.

_Eres maravillosa _dice dándome un beso en los labios.

_Lo aprendí de ti _le digo con una so risa tonta en mis labios.

_No tardo nada.

Dante se ducha mientras que me visto y enseguida se viste y vamos al despacho donde se encuentra Kamus. Entramos y él está sentado frente a mi escritorio y Azazel en la puerta de pie.

_Me alegra verte Ifa.

_Igualmente Helena.

_Reina Helena _dice Azazel.

_No es necesario, tranquilo. ¿Puedes dejarnos solos?

_Cómo desees, mi reina.

Azazel sale y tomamos asiento. Kamus es el primero en tomar la palabra.

_Por favor, ponme al corriente de todo.

_Lo haremos, pero quiero que sepas que tengo que revelar tu identidad a los más cercanos.

_Como a quienes.

_Mi familia, Conor y Sebastian, y Azazel.

_¿Es necesario?

_Sí, pero tranquilo, te seguirán llamando Ifa.

_Está bien, ponme al día.




Entre los colmillos de los Bartholy VIII: Lágrimas de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora