🤍Capítulo 13/ ¿Señor Rodríguez? /

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🤍BARCELONA, DICIEMBRE 2019...

No estoy segura si es idea mía o Felipe me ha estado evitando. Vale, sólo ha pasado un día desde que no hablamos pero eso no es normal, él siempre me escribe, y ayer martes, no me llegó un solo mensaje de él.

El lunes en la tarde, luego de que él se fue, me sentí vacía y como nunca antes, sentí que el apartamento era demasiado grande. Más tarde, Mari me llamó preguntando si había visto el noticiero, le respondí que sí y que había estado genial. Ella no dio más vueltas al asunto y me dijo que ya podía ir a follar con Felipe descontroladamente, cuando le dije que él no se había quedado sólo dijo: oh, Dios. Una hora y media después ella estaba sentada a mi lado en el sillón, le conté lo ocurrido, ella me habló sobre su primer día de trabajo y terminamos durmiendo en el sofá, algo muy común en nosotras, pero ahora bastante incómodo, en definitiva ya no es como a los quince.

El martes no fue diferente, di mis clases, volví al apartamento, vi el noticiero y más tarde Mari ya se encontraba junto a mi en el sillón, cenando.

En este momento, me encuentro en el aula. Sentada frente al escritorio esperando a que la hora de inicio de la clase llegue. Me concentro en la laptop frente a mí, el documento en la pantalla es una planilla excel donde se encuentran las calificaciones de mis alumnos.

A medida que los minutos pasan las voces en el aula aumentan. No puedo evitar la mueca de desagrado cuando las carcajadas inundaron el salón, mi humor el día de hoy no es muy ameno, mi cabeza duele como ha dolido desde el sábado... Esto es lo que ocurre cuando bebo en exceso, el dolor de cabeza no es insoportable pero definitivamente es como si aún tuviera resaca, y estoy segura que el efecto del alcohol ya desapareció por completo.

Suspiro por ¿quinta? ¿octava? Quizá es la décima vez en un minuto, y eso lo deduzco por las miradas que me lanzan mis alumnos en este momento.

Necesito terminar a la voz de ya con esta clase. Pero ¿cómo terminarla si aún no la empiezo?

Joder, que día de mierda.

Cuando finalmente ya es momento de comenzar la clase me pongo de pie y camino hacia el frente del escritorio. Todos están en completo silencio y me ven como si me hubiese crecido otra cabeza. Yo sólo puedo disfrutar el silencio del aula, ¡que bien se siente esto!

—Buenos días, espero que todos estén bien. Supongo que todos ya vieron su nota en el sistema, las calificaciones estuvieron bastante bien pero aún así creo que debo reforzar algunas cosas en las que no anduvieron muy bien, y también reforzaré lo que ustedes crean pertinente —uno mis manos y muestro una pequeña sonrisa—. Ahora les entregaré el exámen, tienen diez minutos para revisarlo y luego comenzaremos con el reforzamiento, ¿les parece? —miro a todos en el aula y me doy cuenta de que Felipe está con lentes oscuros, y estoy casi segura que se está quedando dormido, ¿pero qué...?

—Sí...

Un par de voces llegan a mis oídos y vuelvo en mí, sonrío y volteo para tomar los exámenes. Comienzo a nombrar uno por uno, en orden se ponen de pie para recibir el exámen.

—Roberto Suárez... —el aludido se pone de pie con una sonrisa coqueta en los labios.

—Mi nombre jamás se había escuchado tan sexi. Gracias, señorita Serrano... —niego con la cabeza y me aguanto el blanquear los ojos.

—Basta de eso, señor Suárez —hablo tajante—. César Fuentes... —al escuchar su nombre da un pequeño salto en su lugar y se levanta precipitado—. Tranquilo señor Fuentes, baje un cambio... —él me mira y puedo jurar que se sonrojó, asiente y toma el exámen—. Felipe Rodríguez... —su nombre sale de mis labios con un tono un tanto... ¿Suplicante, quizá?

🤍Corazón de tiza🤍 [CONTENIDO ADULTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora