🤍Capítulo 25/ Necesito ayuda /

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🤍BARCELONA, NOVIEMBRE 2020...

Parezco un zombie.

Hoy es lunes, y solo hace unas horas ocurrió aquel desastre de proporciones enormes. Pasé el domingo completo en cama, no pude quitarme a Mari de encima, pero supongo que eso fue algo bueno.

No me siento bien, hace ya bastante tiempo que esto no me ocurría, hace ya bastante tiempo que me sentía bien conmigo misma y con mi vida. Pero nuevamente comienzo a sentirme mal, decaída, no sé cómo explicarlo. Aunque sé que esto es sólo una fase, no estoy tan mal, porque si lo pienso supongo que todo ocurre por algo, y de una u otra manera esto debía pasar, debía mantenerme alejada de Felipe y todo este drama era perfecto para eso aunque duela como el infierno.

En este momento me encuentro en el aula, acabo de dar una clase mala, muy mala. Me repito una y otra vez que olvide esto, que ya no soy una adolescente y que debo dejar de comportarme como una a la que le rompieron el corazón. Soy una adulta y debo comportarme como tal, mantener mi vida personal separada de la profesional, claro está que debí decirme esto en el momento en que me di cuenta que el chico al que me follaba era mi alumno, pero supongo que nunca es tarde para darse cuenta de ciertas cosas.

El sonido de la puerta siendo abierta me saca de mis pensamientos. Por la puerta aparece quien no pensé que vería, no sé qué hace aquí pero en este momento me encantaría poder tener una bola de cristal, o poder leer los pensamientos.

—¿Necesita algo, señor Fuentes? —mi voz se escucha un poco más baja y ronca de lo normal, ya que desde esa noche batallo con las lágrimas a cada segundo.

—Necesito ayuda, señorita Serrano —César se acerca—. Sé que no estoy en su clase, pero estoy un poco desesperado a estas alturas... —se ve preocupado.

—Acerque una silla, presiento que esta charla será larga... —cuando él termina de hacer lo que le digo, hablo—. Cuénteme, ¿qué necesita exactamente?

—Vale, ocurre que llevo casi dos meses intentando entenderle algo a mi maestro... Pero no está dando resultados, la verdad es que no entiendo nada de lo que habla. Entonces en mi desesperación por entender algo para rendir el exámen me acerqué a la secretaria, Amanda, para preguntarle si era posible cambiarme de sección —no me gusta a dónde está yendo esto—. Ella me respondió que sí, pero que dicho maestro debía estar de acuerdo y firmar esta hoja —deja la hoja sobre el escritorio—. Me dijo el nombre de los dos maestros que impartían la misma clase, me decidí por alguien que ya conocía. A usted le entiendo todo y creo que es una buena maestra, por eso quería preguntarle si firmaría esto... —lo miro, realmente se ve preocupado, incluso desesperado.

—Vale, primero que todo, yo no tengo ningún problema con tenerte en mi clase. ¿Te molesta que te tutee? —pregunté, él me mira y niega con la cabeza—. Ok, mira puedo firmar la hoja y puedo dejarte en mi clase sin problema alguno, pero hay un pequeño inconveniente con eso... —suspiro, recordando el otro problema que me aqueja—. Hay algo que nadie puede saber, debes prometerme que esta conversación no saldrá de aquí...

—Sí, sí, claro, lo prometo. —asiente repetidas veces.

—Cuando comencé este semestre firme un contrato —tomo una bocanada de aire y me rasco la ceja—, sólo daría clases por cuatro meses —se tarda unos segundos en procesar lo que digo y abre tanto los ojos como la boca, asombrado—. Por lo que no terminaré este año aquí, sí, se supone que este semestre lo terminaré pero según entiendo el próximo semestre no pueden cambiar de maestros, aún no tengo muy claro por qué es eso pero eso quiere decir que finalmente si firmo la hoja terminarías tu tercer año con el señor Ruíz. No tengo la más mínima idea de qué tipo de maestro es y no sé si tú lo conoces, pero si no es así no sé si quieres arriesgarte a que sea igual o peor que el de ahora.

🤍Corazón de tiza🤍 [CONTENIDO ADULTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora