🤍Capítulo 33/ Afrodita /

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🤍BARCELONA, DICIEMBRE 2020...

No pensé que esto de ser madrina de mellizos sería tan difícil en su momento, y sí, lo digo porque debes estar atenta a cada cosa por mínima que sea. Y lo más ¿cómico? de todo es que los mellizos aún no son bautizados.

Mari insiste en que quiere que sean más grandes, que aún están muy pequeños para una fiestecita de esas, sus palabras, claro está. Diego dice que no necesita ser una gran fiesta y que podría ser algo íntimo. Yo digo que jamás se pondrán de acuerdo en esto ni en nada, al menos se aman mucho.

La otra parte que es difícil de todo esto es que pronto será navidad, necesito comprar regalos para todos y no tengo el dinero suficiente para eso.

Estos días no deja de rondar por mi cabeza una sola palabra: Afrodita. Pero también me pregunto: ¿será realmente necesario? ¿Estoy tan desesperada? Y no porque bailar en el Diosas del Olimpo sea algo malo o que no me guste, es solo porque ya di el paso hacia el trabajo de mis sueños y no quiero retroceder.

La respuesta a todas mis interrogantes hoy es... Jodete puta vida de adulto.

—Lo lamento, me quedé dormido. Eli no quería dormir anoche, las películas de princesas jamás habían sido tan tediosas y largas —habla Felipe en el segundo que abro la puerta, tan apresurado como siempre—. Pero estoy listo para nuestra media mañana de compras navideñas.

Sonrío ampliamente, intento no soltar la carcajada que tengo atorada en la garganta, pero es casi imposible.

—Primero que nada, respira. Y te pido por favor que te mires en un espejo en este momento, guapo. —con una mano tapo mi boca para no reírme en su carita bonita.

—¿Qué, que tengo? —saca su móvil del bolsillo trasero de los jeans, y supongo que abre la cámara para ver de qué hablo—. Jodida cría... Si no fuera mi pequeña hermanita la mataría...

No puedo seguir aguantándome, la carcajada sale sin más.

—¿Saliste de casa de tus padres sin siquiera mirarte en un espejo?

—Tengo que ser sincero, cuando salí de casa estaba prácticamente dormido. De hecho, creo que aún estoy medio dormido.

—Ven aquí. Te sacaré eso de la cara... —lo tomo de la mano.

—Ahora entiendo porque las personas en la calle me veían extraño... —hago que se siente en el sofá mientras yo me adentro en el baño para sacar toallitas desmaquillantes.

Ah claro, olvidé hablar sobre lo importante de todo esto... Felipe estaba maquillado, y cuando digo maquillado es totalmente maquillado. Puedo decir que su hermanita sabe lo que hace, el delineado no estaba tan mal, claro si el estilo "montañitas" te gusta. Tenía sombra de ojos brillosa, plateada para ser exactos, un ojo estaba más maquillado que el otro pero no se notaba demasiado. El rubor rosa en las mejillas estaba muy bien. Y el rojo del gloss en sus labios tenía olor a frutas, se veía apetecible, lo importante es que estaba muy bien aplicado.

—¿Cuántos años dices que tiene? —pregunté mientras pasaba una toallita por los párpados brillosos de Felipe.

—Seis... —susurra.

—Para su corta edad lo hace bastante bien —a su edad no habría podido hacer lo que ella—. ¿Cómo aprendió?

Youtube, hoy te enseñan de todo ahí... —abre un ojo—. ¿No quieres besarme? Así puedes saborear esta cosa que llevo en los labios, ya sabes, y sentir lo que nosotros sentimos al besarlas... —estira los labios como pato.

—Oh no, no necesito besarte para saber eso. Ya he besado a dos tías. —abre los ojos ampliamente.

—Acabas de ponerme a mil con ese pequeño dato que olvidaste mencionar antes. —me agarra por el trasero y lo aprieta.

🤍Corazón de tiza🤍 [CONTENIDO ADULTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora