🤍Capítulo 29/ No sales de mi cabeza /

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🤍BARCELONA, NOVIEMBRE 2020...

Tengo un dolor de cabeza insoportable, según el doctor puede ser por el golpe que me di al caer desmayada.

No recuerdo mucho lo que pasó, si soy sincera puedo decir que no tengo memoria de nada después de salir del apartamento con Mari y Diego. Lo único que tengo claro es que bebí mucho y después se me ocurrió la brillante idea de tomarme un par de antidepresivos. Aunque no creo que fuera consciente de lo que hacía.

Cuando desperté el doctor me dijo que tuvieron que hacerme lavado de estómago pero que estaba bien. También me dijo que las visitas comenzaban a las ocho de la mañana y eran las siete con treinta minutos, por lo que le rogué que dejara entrar a alguien, me sentía sola, desorientada y con ganas de sacar todo de mi sistema, debía hablar con Mari y contarle todo o iba a terminar de romperme.

—¡Te ves como la mierda! —la escucho, su voz me hace suspirar con alivio.

—Eres tan... —Mari me abraza como puede.

—Estaba preocupada, me tenías muy preocupada. —susurra contra mi cabello.

—A todos. —miro hacia la puerta donde estaba mi tía.

—Lo siento, lo siento mucho —mis ojos comienzan a escocer—. Yo... No estaba consciente de lo que hacía, no estaba bien... —no estoy bien.

—Solo quiero que me prometas algo —Mari me mira con intensidad y muchas lágrimas en sus ojos—, cuando te sientas así habla conmigo, yo estaré siempre contigo y lo sabes.

—No quería, no... —suspiro y cierro los ojos.

—Cris, esto no está bien. Creo que hay algo que debo decirte, un consejo... —Mari toma mi mano—. No sé si Alba esté de acuerdo conmigo pero eso es lo de menos en este momento, lo siento Alba —mi tía asiente—. Mira, creo que en este momento estás viviendo una vida que no te hace feliz, estás literalmente en medio de una tormenta de cosas malas, cosas que te hacen infeliz. Y todo eso te está llevando a pensar negativamente, lo que sabes no deberías hacer. Es momento de que veas salir el sol, es momento de elegir lo que te hace feliz, aunque eso sea un niñato altanero que fue tu alumno —cierro los ojos y lloro en silencio—. Debes ser feliz, debes ir a por tu final de cuento de hadas. Aunque seamos sinceras, el príncipe es un capullo pero al menos tiene pinta de príncipe, tiene el dinero, la altanería, y quién sabe cuántas cosas más.

—Mari tiene razón... —miro a mi tía—. Ya no tienes nada que perder, ahora sólo debes pensar en tu felicidad. Lo demás llegará solo.

Quizá estoy muy sensible porque al escucharlas mis ganas de llorar aumentaban con cada segundo, y claro, no pude retener el llanto. En este momento no puedo pensar claramente, no puedo simplemente decidir qué quiero estar con Felipe, no es así de fácil, él está en una relación y me odia.

—Oh, vamos. No llores, me harás llorar a mi también —Mari me abraza y siento una patada en el brazo—. ¡Hostia! —ella se pone derecha y lleva ambas manos a su panza—. Eso fue... ¡Joder! —se queja—. Creo que te extra... —ella mira hacia abajo—. Mierda... —se nota sorprendida—. Hay sólo dos opciones, acabo de mearme o... —se vuelve a quejar—. He roto bolsa...

Desde ahí todo se vuelve un caos, Mari se queja de dolores, supongo que son contracciones. Mi tía sale de la habitación rápidamente para buscar a un doctor mientras yo intento que Mari se relaje, cosa que es imposible.

En minutos apareció una enfermera con una silla de ruedas donde sentaron a Mari.

—¡Diego! —grita—. ¡¿Dónde está Diego?! ¡Joder con esto! —se queja de dolor nuevamente.

🤍Corazón de tiza🤍 [CONTENIDO ADULTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora