🤍Capítulo 24/ Mala noche /

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🤍PUNTO DE VISTA DE FELIPE🤍

🤍BARCELONA, OCTUBRE 2020...

—¡Feli, Feli, anda levanta! —no, no, no—. ¡Feli, ya es hora de despertar! —mi pequeña y muy escandalosa hermana está saltando en mi cama.

—Solo cinco minutos más... —me quejo, tomo lo que creo es una almohada y la pongo sobre mi cabeza.

—¡Que no, Feli, hoy es Halloween! —se lanza sobre mi espalda, joder con la cría.

Hoy es treinta y uno de octubre, es Halloween. Mi querida y hermosa hermana, Elisa Rodríguez, está totalmente enamorada de esta fecha. La vuelve loca todo el rollo de salir a pedir dulces con el disfraz más mono.

Para mi buena y mala suerte, este año Eli decidió que quería que la acompañase a pedir dulces, quiere que me disfrace y todo ese rollo, obviamente no pienso disfrazarme porque primero; no tengo disfraz, y segundo; no me voy a dar el tiempo para buscar uno. Todo esto es, yo creo, un treinta por ciento bueno por los dulces, y un setenta por ciento malo por el hecho de tener que caminar junto a mi excéntrica hermana por mucho, mucho tiempo.

Después de desayunar, darme una ducha, vestirme, ayudar a Eli con su disfraz, y no, no a ponérselo, sino que ¡a terminar de hacerlo! Desde que llegué a casa de mis padres hace ya seis días, Eli me sentó junto a ella en el piso de su habitación a elaborar su disfraz para este día.

No puedo decir que fue aburrido, si soy sincero fue bastante divertido, pero ya a estas alturas de la semana esto no divierte tanto. Mi madre dejó muchas bolsas con todo lo que íbamos a necesitar antes de irse, telas, hilo, aguja, brillantina, más telas, encaje o como sea que se llame, y un montón de cosas más pequeñas que brillan.

Así que puedo decir que ya sé coser, aunque mi hermana pequeña fue la que me enseñó y obligó a ver videos de cómo hacerlo, al menos sé hacer algo útil, que espero en algún momento de mi vida servirá. Quizá le haga los disfraces de Halloween a mis hijos, yo qué sé.

Cuando ya son las once de la mañana logramos terminar los últimos detalles del disfraz, Eli está saltando de la emoción cuando mis padres entran a la casa.

—¡Hemos vuelto! —grita mi madre desde la puerta.

—¡Mami, mami, hemos terminado mi disfraz! —Eli es la personificación del demonio de Tazmania en este momento, da saltos por aquí y por allá dejando todo a su paso bastante desordenado.

—¡Hala, que bien! Muéstrame... —Eli comienza a revolotear alrededor de mi padre—. ¿Qué tal esta semana? —mi madre me mira.

—Bastante... Interesante. Descubrí que no soy tan malo en eso de hacer disfraces...

Esa tarde, cuando ya eran las seis en punto, Eli se estaba disfrazando. Una hora estuvo encerrada con mamá en su habitación, una hora, ¡una jodida hora!

Papá y yo estamos en el sofá esperando a ver a la pequeña, tengo el codo apoyado en el apoyabrazos del sofá, el mentón apoyado en la mano y estoy seguro que he cerrado los ojos más veces de las que puedo contar. Tengo sueño, mucho, mucho sueño. Fue mala idea quedarme aquí sentado esperando, al no hacer nada el sueño logra vencerme.

A las siete con cinco minutos, Eli aparece en la sala de estar y da tres vueltas sobre sí misma para lucir su disfraz. Debo admitir que se ve muy bien, mamá hizo un excelente trabajo con el maquillaje.

Mi pequeña hermana decidió disfrazarse de la novia cadáver, sí, esa novia azul de la película de Tim Burton. Y debo decir que se parece mucho, el vestido, el maquillaje, los zapatos. Todo ella se parece a la animación.

🤍Corazón de tiza🤍 [CONTENIDO ADULTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora