🤍Corazón de tiza🤍 [CONTENIDO ADULTO]

🤍Capítulo 28/ ¿Tormenta o arcoíris? /

🤍PUNTO DE VISTA DE FELIPE🤍

🤍BARCELONA, NOVIEMBRE 2020...

No podía creer lo que Mari me había dicho hace un momento.

Caro tenía fotos de Cris y yo, Caro había amenazado a Cris con mostrarlas al rector si no se alejaba de mí. ¿Pero qué cojones le ocurre?

No puedo creer que Caro, la tía tierna con cara de inocencia, excepto cuando se enoja y quizás cuando follamos, haya hecho semejante estupidez. ¿Es que los celos la habían llevado a eso? Eso es... Exactamente lo mismo que yo había hecho por celos.

Joder con los puñeteros celos.

—¿Qué fue lo que pasó ahí, Feli? —César me entrega una cerveza.

—Una puta mierda... —le conté todo lo que Mari me dijo.

—Hostia puta... Sí que es una jodida mierda, hermano.

—Y que lo digas...

—¿Y cómo te fue con...?

De un momento a otro todo fue un maldito caos, la música se detuvo, las personas se aglomeraron alrededor de algo o alguien.

Fue cuando escuché la voz del arquitecto pidiéndole a todos que se alejaran que me levanté rápidamente, era como si todo ocurriera en cámara lenta, caminé quitando a cualquiera que me estorbara del camino. Y aunque no tengo la más mínima idea de qué es lo que ocurre, tengo una mala, muy mala sensación en el pecho.

El dueño del local les dijo a todos que se fueran, que ya era momento de cerrar. Entonces vi lo que ocurría, Cris estaba en el suelo, el arquitecto intentaba despertarla, Mari estaba pálida y estoy seguro que toda esta situación no le hacía nada bien al bebé.

—Mari, deberías sentarte y te traeré agua. —la rubia, con la que César  aparentemente sale, ayudó a Mari a sentarse.

—Estoy bien, Ali. No te preocupes por mí. —no apartaba la mirada de Cris.

Y yo, por más que quisiera ayudar o acercarme estaba congelado en mi lugar, ni siquiera era capaz de mirar el cuerpo de Cris en el suelo. De solo imaginarlo se me revuelve el estómago.

Todos estaban muy preocupados, un tiempo después las sirenas de la ambulancia resonaron por el lugar.

—Esto no puede estar peor... ¿Qué coño le hiciste o dijiste? —César susurro mirando a Cris.

—Jodete, César. No le hice nada... —o eso es lo que quiero creer.

Cuando la vi en el baño debí acercarme, debí preguntarle qué era eso que tomaba, debí preguntarle si necesitaba ayuda, debí... Joder, pude hacer algo bueno por ella.

Dos paramédicos entraron y comenzaron a hablar muy rápido mientras subían a Cris a la camilla y la sacaban del lugar. Mari rápidamente los siguió para subir con ellos a la ambulancia.

El primero en salir fue el arquitecto. Las bailarinas desaparecieron tras el escenario. Las camareras comenzaron a ordenar. El jefe hablaba con la rubia y una de las bailarinas.

—Mueve el culo, César. Vamos al hospital, ahora. —dejo dinero en la mesa y tomo la chaqueta para salir del local.

—¿Es una buena idea? —habla lo suficientemente alto para que yo, que estoy llegando a la puerta lo escuche.

—¡Ni puta idea! —volteo y hago un ademán con la mano para que se dé prisa—. ¡Ya mueve el culo el hospital no está cerca! —necesito saber que ella estará bien.

—¿Van al hospital? —la dulce voz de la rubia nos detiene—. ¿Podrían llevarme?

—Sí, y sí. —que rápido respondió, este imbécil está loquito por la rubia, y no lo digo solo por la sonrisa de idiota enamorado que tiene.