🤍Capítulo 16/ No puedo contener lo que siento /

556 32 0
                                    

🤍BARCELONA, ENERO 2020...

Una semana a pasado y yo aún no tengo el puto valor de decirle a Felipe que ya no podemos estar juntos. Me he ido alejando de a poco, cada vez que él quiere ir a mi apartamento me excuso con lo primero que me viene a la cabeza, y sé que está mal, sé que debería ser sincera con él pero estoy acojonada.

¿Qué pasará si me odia luego?

No quiero que me odie, no lo soportaría...

Muevo el anillo que llevo en mi dedo indice con mi dedo pulgar, he estado una hora en la misma posición, jugando en el puto anillo que Felipe me regaló. Estoy en el aula esperando a que todos terminen su exámen, no les he prestado mucha atención, así que si alguno ha estado copiando no podría haberme dado cuenta, físicamente estoy aquí pero mentalmente estoy muy, muy lejos.

Mi móvil vibra en el escritorio iluminándose la pantalla, lo tomo con una mano y me doy cuenta que es una notificación de Whatsapp. Felipe...

Mi martini🍸: Hey, guapa. No sé qué te ocurre últimamente pero quería decirte que debo decirte algo (perdona la redundancia). Es urgente y no pienso esperar un segundo más, iré al aula en la que estás luego de la clase, espérame y no te cabrees.❤️

Esto es un nuevo nivel, ¿qué pasó con eso de ignorarnos en la universidad?

Decir que estoy nerviosa es poco, en este momento ya estoy paranoica. Los minutos comenzaron a pasar más rápido y eso en otras circunstancias me hubiese fascinado pero no ahora, no en este momento cuando solo quedan tres alumnos y tienen menos de veinte minutos para entregar su exámen.

Y cómo es de esperar los veinte minutos pasaron demasiado rápido para mi gusto. Cuando ya todos salen del aula comienzo a ordenar los exámenes para guardarlos en una carpeta. Entonces la puerta se abre y vuelve a cerrarse, miro hacia el lugar, es Felipe... Trágame tierra.

—¿Puedo hablar con usted, señorita Serrano? —lleva ambas manos escondidas en los bolsillos de sus jeans, una sonrisa y un gesto que podría jurar está nervioso.

—Adelante... —él se termina por acercar, se queda de pie frente a mí del otro lado del escritorio—. ¿Qué necesita, señor Rodríguez? —él se acuchilló, apoyando sus brazos en el escritorio.

—Será rápido... Estoy cansado de esta situación, ya no quiero seguir así... —oh, mierda—. No puedo contener lo que siento por ti, Cris. Ya no más, te quiero y quiero hacer las cosas bien, quiero llevarte a una cita, a dos, a tres y hacer esas cosas que hacen los novios. —todo lo dice con una enorme y hermosa sonrisa en su rostro.

Esque yo flipo, estoy flipando.

No, no, no, no, esto no debía ocurrir, se suponía que él debería aburrirse de esta "relación". Acaba de dar un gran paso, acaba de declararse y yo no puedo decir nada, nada sale de mi boca porque mi mente quedó en blanco.

Estoy muy segura de que mi gesto en este momento es inescrutable, pero al pasar los segundos o minutos el gesto de Felipe comienza a cambiar, sus ojos empiezan a perder el brillo que tenían, sus labios comienzan a perder la sonrisa, sus cejas se fruncen, sus manos se convierten en puños, hasta que finalmente se pone de pie y me mira colérico.

—¿No dirás nada? —gruñe.

El tono que utiliza logra romperme un poco más de lo que ya estaba, hace más de una semana que me siento rota en mil pedazos y pensé que no podía seguir rompiéndome más pero me equivoqué, oh, qué equivocada estaba.

Lo mejor que puedo hacer ahora es callar, él se cabreara tanto que lo más probable es que me odie pero quizá así todo sea más fácil para él. Puede que sea más fácil para él que me vea como una perra sin corazón que solamente quería divertirse con él, después de todo yo jamás logré decirle cuánto le quiero.

🤍Corazón de tiza🤍 [CONTENIDO ADULTO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora