VII

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Cuando desperté Sam ya no estaba. Había una nota en la mesa de la cocina diciendo que se iría temprano a los laboratorios, al no haber pasado por allí ayer en la noche no la leí. Pensé que me despertaría extrañada al verme durmiendo en el living y no en nuestra cama y más aún al descubrir la alianza sobre la mesa y no en mi dedo anular, pero no fue así. Probablemente no quiso despertarme o simplemente evitó dar explicaciones sabiendo que me había enterado del episodio entre ella y Owen. Tendría más tiempo para elaborar una excusa.

Desayuné desganado luego de tomar un baño. Salí sin prisa y antes de llegar a la esquina volví para tomar aquello que había dejado sobre la mesa. Esas pocas cuadras parecían eternas aquél día, necesitaba desesperadamente hablar con alguien, alguien que nos conociera y me aconsejara. Necesitaba hablar con Ayden.

- Franz.! Que gusto escuchar tu voz.! Cómo van las cosas allí.? –preguntó ella alegremente a miles de kilómetros de distancia.

- Todavía sin novedades, espero esta semana poder descubrir algo.

- Ok, y… cómo van las cosas allí.? –insistió.

- Cómo sabes que algo no va bien.? Estás demasiado lejos para usar tus habilidades.

- La única que necesito no tiene límite, se llama conocimiento. Suenas raro, algo no debe andar bien entre tú y Sam.

- Ahora que lo mencionas…

- Cuéntamelo todo.

Relaté breve pero puntualmente los eventos ocurridos desde que entramos a Egmont. Hablé de los celos de Sam, los míos, acerca de Owen, Hailey y Emily. Ayden escuchó atentamente sin interrumpirme hasta el final.

- Estás loco. Ambos lo están. –afirmó.

- Tú crees.?

- Por supuesto.! La sola idea de que uno engañe al otro es ridícula.

- …

- Franz, nos conocemos hace ya tiempo. Créeme cuando te aseguro que Sam podrá mirar a otros hombres, hablar de ellos o hasta  agradarle alguno como a cualquiera de nosotras, pero en su corazón solo hay lugar para uno: tú.

- Y qué me dices de Owen.?

- Y qué de ti escondiendo la mano en el pantalón como un idiota.?

- Hailey nunca me acarició.! –protesté.

- No sabes qué pasó exactamente. Habla con ella, estoy segura que existe una explicación más que razonable. Merece la oportunidad, no crees.?

- ….sí... Hablaré con ella.

- Y sé sutil.!

- Descuida, lo seré. Gracias Ayden.

- De nada, para eso estamos las “hermanas”. –rió.

Algo más aliviado subí los blancos escalones que daban acceso a los laboratorios Egmont.

No fui cuestionado por llegar tarde puesto que me sobraban horas extra, así que me senté junto a Hailey sin demasiado preámbulo y con un escueto “Hola.” por saludo que ella devolvió con la misma indiferencia un tanto ofendida.

- Henry, me harías un favor.? –pregunté.

- Claro.! Qué necesitas.?

- Puedes ubicar a Sam a través del sistema de seguridad.? No responde a su interno y preciso hablarle.

- Anoche dormiste en el sofá, eh.? –rió.

- ….

- Ya la busco. –afirmó algo temeroso ante mi mirada de “haz hecho tu testamento.?”- Aquí está, en el hall de su sector. Está sola.

Crónicas de las sombras (Saga Ayden, parte III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora