XIV

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La herida en mi costado ya no estaba pero mi cuerpo recordaba el dolor de las lesiones, al igual que el de Sam. Me incorporé con ayuda de Erik quien se ubicó debajo de mi brazo para servirme de bastón. Instantes después la puerta se abrió de un golpe y al querer apoyarme en él me di cuenta que ya no estaba pues apenas sintió el ruido estuvo junto a la puerta. Perdí el equilibrio y caí estrepitosamente en el suelo. Eran Owen y Hailey. Ambos parecían confundidos y desesperados como si no supieran lo que acababa de ocurrir. No se habían dado cuenta pero la espada de Erik estaba justo debajo de sus cuellos, si hubieran entrado más aprisa se habrían degollado.

- Qué pasó.? Están todos bien.? –preguntó Hailey intentando avanzar.

- Aguarda.! –exclamó Owen deteniéndola con su brazo. Levantó lentamente la mano y sintió el frío filo de la hoja bajo su mentón. –Te importaría retirar tu navaja.? Ya me he afeitado hoy.

Hailey bajó la vista y vio el resplandor que terminaba en el brazo extendido de Erik como si éste fuera una continuación misma del arma. Sus ojos negros reflejaban como un pequeño espejo la imagen de ellos dos. Apenas visible en la penumbra, de no saber qué estaba buscando fácilmente lo hubiera confundido con una sombra.

- No hasta que digan dónde estaban y por qué no ayudaron. –respondió secamente.

- De qué hablas.?   Ella detuvo la bala que hubiera terminado conmigo.! –replicó Ayden.

- No. Mírala bien. El tiempo no tuvo nada que ver, verdad Hailey.?

- … yo no alcancé a hacer nada… -titubeó.- Cuando quisimos acercarnos algo nos despidió arrojándonos contra el auto negro del garage y dejándonos inconcientes.

- No me convences….

La poca luz que entraba por la puerta se reflejaba en la hoja iluminando sus rostros con una lánguida y mortecina luminosidad. Sam se aproximó junto a Ayden.

- Dice la verdad. Déjalos. –afirmó Sam.

- Están seguras.?

- Podrían haber huido junto a Eldrich y los otros, pero no lo hicieron.

- Muy conveniente para hacernos creer que están de nuestro lado.

- No podemos dañarnos entre nosotros.! No recuerdas esa regla.?! Cualquier intento por dañar a uno de los nuestros obrará en nuestra contra.! –dijo Hailey impaciente.

- Es cierto. Déjala, Erik. –afirmó Ayden.

- … de acuerdo.

Sus ojos volvieron a su tono color cielo y el brillo debajo de los cuellos de Haley y Owen desapareció. La tensión en la habitación fue cediendo a medida que todos se acercaban. Todos excepto yo que continuaba en el piso.

- Estoy bien, no se preocupen por mí. Fui apuñalado y arrojado al suelo pero puedo levantarme solo. –protesté.

- A qué te referías con lo de la bala.? –preguntó Owen.

Erik avanzó unos pasos y recogió del suelo lo que parecía ser una moneda plateada para dársela.

- Derretida… -concluyó Owen al sentirla.

Todas las miradas se volvieron hacia mí mientras terminaba de levantarme y observaba mi camisa cortada y ensangrentada.

- Yo no fui. Estaba ocupado y con las manos atadas, recuerdan.? –afirmé irónico.

- Eres el único aquí capaz de hacer esto, Franz. –dijo Ayden.

- Parece que no. Ustedes estaban frente a mí, lo hubieran visto. Ellos dos dijeron estar noqueados fuera, Sam estaba herida en la sala de junto con Flazket y Fren….

Crónicas de las sombras (Saga Ayden, parte III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora