XXI

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El auto salió disparado por el camino helado dejando atrás el hospital. Me aseguré de colocar varios obstáculos detrás nuestro para impedir ser perseguidos y alcanzados, sin embargo sabíamos que ni bien entrásemos a la ciudad la policía estaría buscándonos. Salir del país sería algo imposible sin la asistencia de mi padre para conseguir nuevas identidades y de Sam para darnos otra apariencia completamente distinta. Retomar contacto con ellos era nuestra prioridad para volver a casa sin ser capturados.

Abandonamos el auto en una calle desierta. No teníamos idea de dónde estábamos y el único de nosotros que hablaba ruso no podía leer los carteles, menos aún preguntar a alguna autoridad acerca de un hotel de bajo perfil. Devuelto mi teléfono a su tamaño original, los mensajes retomaron su curso.

- Cómo hiciste para esconderlo.? –preguntó Owen al escuchar el ruido de las teclas mientras escribía. –No, espera… no quiero saberlo.

- Simpático. Agradece que estoy ocupado. –gruñí.

- Contactaste a Sam y tu padre.? –preguntó Erik.

- Deben estar por responder. Qué hay de Ayden.?

- Dice que puede intentar trasladarse hasta aquí, pero no está segura.

- No creo que sea prudente.

- Es lo que respondí: una cosa es aparecerse a unas cuadras o un par de kilómetros y otra es cambiar de continente atravesando un océano.

- “La ayuda va en camino. Quédense dónde están, no nos den su ubicación. Sam y Ayden sabrán encontrarlos.” –leí en la pantalla.

- Ellas están viniendo.? Es arriesgado, Eldrich podría encontrarlas y estar todos juntos es peligroso…

- Disculpen… les importaría decirme quién es Eldrich y qué hago aquí.? –preguntó algo contrariado Soren.

- Owen, por qué no eres útil y le relatas toda la historia.? Ya que no puedes leer… -sugerí.

- Tú tampoco, así que si vamos al caso eres tan inútil como yo. No, espera: tampoco puedes hablar ruso, eso te hace aún más inútil. Alégrate.! Eres mejor que yo en algo: eres más inservible.

- Hey.! No sé ustedes pero yo quiero abandonar este cubo de hielo cuanto antes, y de preferencia vivo.! Dejen sus estúpidas peleas para otro momento.

- Siempre son así.? –preguntó tímidamente Soren.

- Generalmente, por desgracia. –suspiró Erik.

- Ven, te contaré toda la historia desde el principio. Eso les dará tiempo para pensar. Al meno a uno de ellos. –sonrió Owen.

- Franz… -exclamó deteniendo mi intempestiva respuesta.

- Ok. Qué hacemos.? –pregunté al sentarme de mala gana.

- No queda otra que esperar la ayuda que envió tu padre. Quizás Ayden y Sam puedan darle a esa persona nuestra ubicación y de esa forma pueda encontrarnos.

- Suena lógico… creo. Pero cómo sabremos quién es.?

- No tengo la menor idea.

Ignorábamos si Eldrich disponía de la tecnología para interceptar nuestros celulares y enterarse de todas de nuestras conversaciones, lo cual le daría una abrumadora ventaja. Mantener el tono impreciso de las mismas era necesario hasta que lograse encriptar las comunicaciones, y para ello necesitaba acceso a mi laptop y todos nuestros teléfonos; algo que no sucedería en poco tiempo.

Owen relató a Soren toda la historia, tanto la que le fue contada como la que él mismo experimentó. El pobre tipo parecía agarrotado cuando terminó, no movía un músculo. Era una auténtica estatua viviente.

Crónicas de las sombras (Saga Ayden, parte III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora