15. Un indicio

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Hola! Primero que nada, muchísimas gracias a todos los que vienen siguiendo la fanfic hasta ahora. Me gustaría saber qué piensan de la historia: voten si les gusta algún capítulo y comenten si quieren dejar alguna opinión, dudas, insultar a un personaje, decir que lo aman, o lo que quieran comentar ;)

A partir de ahora, los capítulos van a ser más largos de lo habitual, empezando por el capítulo anterior.

Bueno, los dejo leer. Que lo disfruten!

***

Estaba totalmente en paz, hasta que reparó en que realmente había una mano sobre su brazo: una mano color bronce con dedos delgados. Exhaló el aire que había contenido y levantó la vista para ver a su adormilada parabatai.

—Lau... ¿Qué hora es?

—Las siete —respondió frotándose un ojo. Claramente ella también había dormido. —Tenemos que arreglarnos, ya sabes, para ir al Club Pandemónium.

—Oh —dijo ella acordándose—. ¿Trajimos los vestidos antes de...?

—Sí. —Lau hizo una mueca. —Pero sólo el beige mío y el rojo tuyo.

—¿El rojo? —preguntó alarmada.

—Sí...—contestó Lau con cautela—, el rojo.

—¡Oh, no!

—¿Cuál es el problema? Es sólo un vestido ridículo que usarás para un demonio ridículo. Y jamás te importaron los vestidos. —La miró entrecerrando los ojos. —Hay algo que no me estás diciendo.

Vicky se encogió de hombros.

—Vics...

—No es nada importante.

—Vicky. Habla.

—Bien —terminó cediendo—. Cierra la puerta.

Lau cerró la puerta obediente y se sentó al lado de su parabatai. Le contó rápidamente que había visto a Jace antes que ella y Evan, en el Club Pandemónium.

—...y estaba usando el maldito vestido rojo cuando eso pasó y por eso no quiero ponérmelo esta vez.

Lau la miró boquiabierta durante unos segundos y luego le lanzó una lluvia de preguntas.

—¿"Nada importante"? ¡¿Nada importante?! ¡¿Ahora me lo dices?! ¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Y él te dijo algo al respecto?

Vicky alzó sus manos para resguardarse de la avalancha de preguntas de su parabatai.

—Lau, cálmate. No dije nada porque fue sólo un momento y ya. Y no, Jace tampoco me dijo nada al respecto porque seguramente no fue importante para él. Sólo cruzamos miradas.

—¿Cómo sabes que no le importa? —Lau chasqueó los dedos como si se lo hubiera ocurrido algo de repente. —Tendrías que insinuar algo para ver cómo reacciona. Tirarle alguna indirecta, no sé.

Vicky miró a Lau como si hubiera perdido completamente la razón.

—Olvídalo. Además, lo más probable es que ni siquiera se acuerde. Ya te lo dije, fueron segundos.

—Entonces con más razón deberías ponerte el vestido rojo —determinó Lau—. Y si tú te acuerdas, ¿por qué no iba a hacerlo él? Que yo sepa no tiene memoria a corto plazo.

Vicky clavó la vista hacia el suelo, como si estuviera avergonzada.

—Lau, no es importante. ¿De acuerdo?

Los Hijos del CírculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora