CAPÍTULO 18

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*Todos los créditos a la autora original.*

—¿Puedo entrar?— Lillian preguntó bruscamente, dando un paso adelante y encontrando su camino bloqueado por el brazo de Lena.

Con una mirada fría en su rostro, Lena miró a su madre, la barbilla levantada con orgullo mientras le daba una mirada altiva. Brazo apoyado contra el marco de la puerta, sus labios se torcieron en una leve sonrisa, y arqueó una ceja. —¿De verdad crees que te dejaría entrar después de que intentaste quitarme a mi hija?

Apretando los dientes, Lillian exhaló bruscamente, sus ojos vagaron por el pasillo. Con leve sorpresa, Lena se dio cuenta de lo agitada que estaba su madre, como si temiera que la siguieran, esperando que aparecieran problemas en la puerta de Lena, y Lena hizo una pausa por un momento. Su madre rara vez dejaba que sus emociones la superaran. Con los ojos muy abiertos, Lillian se volvió hacia ella, sus labios presionados en una línea sombría mientras la miraba.

—Lena, por favor. Necesitamos hablar.

No estaba segura de por qué cedió, preguntándose si era la nota ansiosa en la voz de su madre, o el hecho de que Lillian estaba tan inquieta que puso a Lena nerviosa, pero dejó caer el brazo y se hizo a un lado, dejando que la mujer mayor empujara su camino adentro. Cerrando rápidamente la puerta detrás de ella, Lena desenfundó todas las cerraduras y cerrojos, cerrándolos con seguridad dentro, y se giró para mirar a Lillian, que ahora parecía mucho más cómoda cuando se quitó un abrigo de piel y lo colocó sobre el respaldo de una silla.

—¿Qué deseas?

—Lex sabe que estás trabajando con el gobierno— soltó su madre, sin perder el tiempo actuando tímidamente y jugando juegos. Sus ojos recorrieron el apartamento, observando la pila nueva de planchado, las encimeras brillantes donde Lena acababa de limpiarlas y el olor a limón de los productos de limpieza. Ella contempló todo y se volvió para mirar a Lena con dureza. —¿Esa paramédico está aquí?

Sacudiéndose de la conmoción ante las palabras de su madre, Lena se descongeló ante la mención de Kara, cruzando los brazos sobre el pecho mientras trataba de mantener su rostro en blanco. —Ella está en el trabajo.

Asintiendo, Lillian la miró con una mirada helada, sin que le emanara amor, y Lena esperó pacientemente a que ella hablara. Su madre estaba aquí por una razón, aparte de decirle a Lena que Lex sabía sobre su trabajo, aunque eso era un problema, y ​​ella dejaría clara su razón en su propio tiempo. Abriendo la boca para hablar, Lillian hizo una pausa por un momento, antes de hacer una mueca.

—¿Qué tal un poco de té antes de hablar?

De pie rígidamente allí, Lena no se movió, dirigiendo a su madre una mirada fría, enfrascada en un silencio. Finalmente, Lillian suspiró, moviéndose hacia la mesa de la cocina y sacando una silla, con las piernas raspando el piso de madera, antes de sentarse y darle a Lena una mirada expectante. Después de unos momentos de tensión, Lena se dio cuenta de que sería más rápido si dejaba de estar allí en un silencio hosco y se dirigió arrastrando los pies hacia la tetera para prepararles un poco de té. Ninguna de las dos habló mientras el agua hervía, los únicos sonidos fueron Lena golpeando las tazas en los mostradores, la cuchara sonando mientras removía el azúcar en la de su madre, recordando cómo le gustaba a pesar de que se odiaba a sí misma por saber eso.

Llevando las dos tazas a la mesa, dejó la de su madre en la mesa con un poco más de fuerza de la necesaria, el té estuvo peligrosamente cerca de derramarse, antes de tomar asiento lo más lejos posible de ella. Sosteniendo su propia taza entre sus manos, extrayendo el calor de ella, encorvó los hombros y esperó pacientemente.

—¿En qué demonios estabas pensando, Lena? ¿Unirte a una organización gubernamental? ¿No te queda lealtad?

Resoplando, Lena la miró con desprecio. —¿A tú familia? No. ¿Pero a la mía? Siempre.

asking polite with a gun in your hand (TRADUCCIÓN SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora