Capitulo 6:El diario de Nico Robin.

715 52 0
                                    

Junto a la cama de Robin había un lindo diario empastado en cuero color vino. Estaba mal cerrado, presumiblemente Robin lo estaba leyendo cuando se quedó dormida. Nami se inclinó a recogerlo y del interior salieron algunos papeles. Eran fotografías.

La primera, más que fotografía, era un cartel de recompensa algo antiguo. El cartel de Nico Olvia cuando era fugitiva. ""A excepción del cabello eres idéntica a ella, Robin"" pensó Nami con ternura.

La segunda foto mostraba a un hombre de facciones toscas pero amables, con una tupida y alocada barba pelirroja y una gorra de la Marina que en él lucía diminuta. Observando más detenidamente Nami se sobresaltó al descubrir a Aokiji, notablemente más pequeño que el otro hombre, posando justo al lado del gigantesco pelirrojo. Ambos sonreían pero Nami no entendía por qué Robin tenía una foto de ese hombre. Entonces revisó el reverso de la foto, ahí con la letra de Robin, se leía claramente "Jaguar D. Saul". No tenía idea de quién podría ser, pero era claro que la foto tenía un valor incalculable para Robin, ya que la guardaba junto al cartel de su madre.

Había un tercer papel, esta vez era un dibujo. El boceto de una isla con un árbol inmenso con las ramas llenas de libros (N/A una alusión a la biblioteca que estaba en el interior). Al lado del árbol se veía un anciano venerable con peinado raro. Al reverso y con letra de Robin nuevamente, se leían algunas frases borrosas. No tenías que ser muy listo para saber que la arqueóloga lloraba mientras escribía eso: "Ohara antes de la Buster Call. El árbol del conocimiento y el profesor Clover." Un poco más debajo, y con otro color de tinta, Robin había agregado: "Ohara sigue viva. Gracias Mugiwara". Nami abrió el cuaderno sin leerlo y metió los papeles. Estaba profundamente conmocionada, se acababa de dar cuenta de que aún no sabía mucho sobre Robin… ¿Quién era ese Saúl por ejemplo? Suspiró y salió de la habitación.

-¡Zoro! Shi shi shi ¿Por qué te escondías?-prgunto Luffy cuando una hora después consiguió encontrar al espadachín.

-Yo no me escondí de nadie Luffy- respondió amoscado el espadachín. La verdad era que había vuelto a perderse. El Sunny era muy grande, y como Franky le agregaba cosas siempre, Zoro no terminaba de ubicarse del todo. -¿Has visto a Robin por aquí?

-Sí, pero fue a su dormitorio. Estaba un poco triste – comentó Luffy con seriedad.

-¿Hablaste con ella?-preguntó el peliverde con mal fingido desinterés.-¿Y qué te dijo…?- ""de mí"" añadió en su mente.

-Pues – Luffy se frotó la barbilla mientras recordaba- Me dio las gracias por haberla salvado en Arabasta. Luego mencionó a un tal Saúl… y finalmente me dijo que la D. es una letra especial shi shi shi-Luffy puso énfasis en esto último con una clase de orgullo infantil.

-Entonces…no te dijo nada de mí –Zoro se arrepintió de sus palabras, había dejado al descubierto su verdadera pregunta todo porque Luffy había mencionado al ese sujeto: Saúl… ¿Quién sería ese idiota? No pudo dejar de pensar en un sujeto igual de irritante que Sanji y con el cerebro de Robin, y Robin saliendo con él. Gruñó. Si eso pasaba se lo tendría bien merecido...aunque si llegaba a conocer al tal Saúl tendría que ponerse a prueba para no rebanarlo. ""Genial, ¿ahora te pones celoso por esa baka?""...

-Oi Zoro, a mi me parece que te gusta Robin ¿o no?- pobre Zoro, llevaba todas las de perder ese día.

-¿Uh? ¿De dónde sacas eso Luffy?- pregunto con fastidio pero no pudo evitar sonrojarse. Además una cosa era mentirle a Nami y otra mentirle a Luffy que era más que sincero en todas las circunstancias.

- Shi shi shi te pusiste rojo…te gusta, te gusta, te gusta-comenzó a canturrear alegremente mientras bailaba a su alrededor. Aún era sorprendente como Luffy podía pasar del estado serio al infantil tan fácilmente.

-¡Cállate Luffy! ¿Quieres que todo el barco se entere?

-¿Fue eso una especie de confesión Roronoa Zoro? – Zoro palideció, Franky había acertado a pasar por ahí con algunas tablas cuando oyó la conversación. Sonreía descaradamente, era claro que al igual que a Nami, le divertía la situación. Por única respuesta Zoro gruñó y les dio la espalda bastante avergonzado.
.
.
.
Continuara...

Estúpida mujer ¿La amo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora