Robin fue la primera en terminar de desayunar y se dirigió a cubierta a leer. Pasó al lado del espadachín sin alterarse, como si él fuera solamente un mueble más. ""Solo lo hace porque no me he disculpado… tiene la manía de leer donde yo entreno, la veré ahí y hablare con ella"" planeo mentalmente Zoro. Esperó unos minutos y luego salió detrás de ella. Luffy y Franky sonrieron pero Nami tuvo un mal presentimiento.
Llegó al lugar donde entrenaba, pero para su sorpresa ni siquiera la tumbona estaba ahí. Miró a todos lados y entonces encontró el mueble, con su hermosa dueña dándole la espalda, justo al otro extremo del barco. Eso era una declaración abierta de guerra, pero aún así decidió disculparse. Comenzó a caminar hacia ella con las mejores intenciones del mundo, pero disculparse nunca había sido su mayor cualidad, y mientras más se acercaba más le irritaba el hecho de que ella ni siquiera lo volteara a ver.
-Robin…- llamó algo cortado mientras se paraba frente a ella.
-Zoro…- respondió ella con una voz que parecía el mismo polo Norte. La primera vez que lo llamaba por su nombre y era con esa frialdad. No supo porque le dolió tanto, pero decidió disimularlo. Y sin embargo ella se veía tan digna como una reina ultrajada que nuevamente se sintió como un idiota. Eso lo hizo enfurecerse: consigo mismo y con ella.
- Yo… siento lo que dije…
-No hay problema.-respondió con la misma indiferencia con la que un desconocido te dice la hora. Por unos instantes, Zoro esperó y casi deseó que Robin sonriera con autosuficiencia, con esa manera suya tan irritante, pero ella permaneció impávida. Como él seguía ahí parado Robin alzo la vista y le clavó dos témpanos de hielo-¿Se te ofrece algo más?-pregunto con cortés indiferencia, y entonces Zoro estalló:
-¿Por qué te portas así? No soy un desconocido ¿Vale?-su enfurecida exclamación hizo salir a todos de la cocina, pero él no se dio cuenta, ni siquiera había notado cuando había comenzado a gritar.
- Déjame ver si entendí…-la mirada de Robin lo hizo retroceder un paso mientras ella se ponía en pie y lo miraba desafiante, irradiando toda la fuerza que mostraba solo en las peleas, y esa especie de indiferencia que poseía cuando la conocieron como Miss All Sunday.- Si tan molesta es para ti mi presencia ¿Por qué me sigues hasta aca? ¿soy o no soy una maldita sabelotodo irritante y manipuladora? ¿o ahora que estás frente a mí no piensas repetir las palabras que dijiste a mis espaldas? No pienso imponerte mi presencia, y soy perfectamente capaz de ignorarte, pero no serás tú quien decida si es o no peligroso tenerme aquí en el barco… Y ahora que hablamos de traiciones, la próxima vez recuerda que hablar mal a espaldas de los nakama también es traición. Y que te quede claro, yo me quedare en este barco hasta que Luffy sea el rey de los piratas, te guste o no seguiré aquí, harías bien en acostumbrarte. ¿Qué se siente estar equivocado Roronoa Zoro? ¿Tanto deseabas que los traicionara que ahora que ves que no será así intentas desprestigiarme?-le lanzó una mirada de desdén y giró para alejarse.
Demonios, en esos momentos Zoro tenía las mismas ganas de matarla ahí mismo que de besarla. Dejo a Wadou medio desenvainada pero no llego a sacarla por completo. Sin terminar de decidirse por ninguna de ambas opciones, solo atinó a tomarla por el brazo.
-Sí, claro, y supongo que tener fotografías de Aokiji no son prueba de que hay algo anormal en tu "fiel" amistad hacia nosotros- contraataco y Robin palideció, ninguno de los dos notó que toda la tripulación los observaba. Habían querido intervenir pero Luffy se los había impedido. Entonces Zoro detonó la bomba- ¿Por qué no mejor te vas con tu querido Saúl? Tal vez el te trate mejor que yo – espetó con amargura y de inmediato se arrepintió. Tras la dureza de la mirada de Robin percibió un destello fugaz de dolor insoportable. Entonces ella lo abofeteó con fuerza. Temblaba de ira y luchaba por no llorar, a nadie le sorprendió que la voz de Robin sonara tan quebrada:
- Eres un imbécil Zoro… - el espadachín supo que acababa de cometer el peor error de su vida, aunque aun no entendía muy bien que había sido. Vio una lágrima brotar en los ojos de Robin, pero ella no permitió que viera las demás. Se dio la vuelta bruscamente, recogió su libro y se alejó de ahí. Y eso fue lo que más le dolió a Zoro. Le había dolido su indiferencia, le había dolido tener que tragarse su orgullo para disculparse y luego ver su disculpa despreciada…pero le había dolido más ver las lágrimas de Nico Robin.
Se dejó caer en la tumbona de Robin y ocultó la cabeza que le había comenzado a doler nuevamente entre sus manos. Recordó que había querido atravesarla de lado a lado con Wadou y le dio un escalofrío. La segunda mujer que lo vencía después de Kuina acababa de abofetearlo. Su mejilla ardía, no por el dolor sino por la vergüenza. "Eres débil Zoro" susurró una voz divertida proveniente de ninguna parte. ""Es una rival digna ¿no crees Kuina?"" suspiró y se dirigió a entrenar.
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Continuara.
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Estúpida mujer ¿La amo?
FanfictionSpoiler:Robin se harta de las groserías de Zoro y le aplica la ley del hielo...¿Qué pasara con Zoro? ¿Se disculpara? Una amenaza se cierne sobre los mugiwara... ¿Él es un mercenario? Autor: Nemo Robin