Estúpida mujer ¿La amo?

Capitulo 29:Penúltimo.

La noticia del asesinato de Akainu, el temido almirante, recorrió de inmediato todo el mundo. En cualquier bar, tienda, templo, escuela o lugar donde se reunieran dos o más personas, era el tema de conversación.

Afortunadamente para los mugiwara, los de la marina no los habían inculpado del asesinato. Robin adivino la mano de Aokij detrás de todo esto, ya que de buenas a primeras, el gobierno mundial no iba a dejar pasar una oportunidad tan perfecta para satanizarlos. En cambio se habían expedido carteles de recompensa de Drako, el cual tenía una elevada suma por precio. Había cotilleos por todas partes respecto a porque ese hombre era tan buscado. Muy pocas mentes relacionaron la muerte de Akainu con la repentina fama de un hombre hasta la fecha obscuro y sin antecedentes.

Durante el siguiente par de semanas el pobre Chopper lo pasó muy mal regañando a un indolente Zoro y soportando los gritos de un escandaloso Luffy, que luego de la lava y parar balas de cañón cuando huían de la Buster Call, había terminado con las manos verdaderamente lastimadas.

Por suerte, los demás ya estaban recuperados, y Ace lucía mejor que nunca. Se respiraba, sin embargo, cierta tensión en el barco a causa de cierta persona, la cual, tal y como nadie, ni los más desconfiados, podían olvidar, había estado dispuesta en cierto momento a morir haciéndole frente a Drako. Cierto era que no podían confiarse fácilmente… esa mujer ya los había engañado una vez, pero ¿Podría realmente alguien fingir y llegar a tal extremo? Ni siquiera Nami estaba muy convencida de ello.

Durante los primeros días, y en vista de que Frieda estaba en el top tres de tripulantes heridos, debido a la profunda herida que aún llevaba en la espalda, Chopper había dispuesto que la joven permaneciera en la enfermería, debido a lo cual los únicos en verla eran él, (que pese a todo lo ocurrido con Frieda, tenía un fuerte sentido de la ética y no podía abandonarla a su suerte siendo un médico) y Sanji, que como buen caballero no iba a permitir que una mujer pasara hambre en ese barco, y menos aún Frieda.

No obstante, la situación ya no podía prolongarse más, y todos se daban cuenta de ello. Era necesario aclarar las cosas con Frieda y echarla para siempre de sus vidas llevándola a algún puerto o dándole una canoa previamente construida por Franky, o en el más arriesgado de los casos, darle una segunda oportunidad. Fue así que una noche, estando reunidos para la cena, reinaba un silencio absoluto en la cocina. Chopper había informado que Frieda poco a poco recuperaba fuerzas. Luffy sonrió y dijo que eso era algo Sugoi, al parecer entre los defectos de Luffy no estaba el ser rencoroso, ya que aunque esa mujer pudo haber matado a Ace, ahora fácilmente él la aceptaría en la tripulación si ella se lo pedía. Algo curiosamente similar al caso de Robin, que pudo haberlos matado a todos y destruir a un país, y sin embargo ahora era una Mugiwara consolidada.

A Nami, Zoro y Franky no les hizo ninguna gracia el entusiasmo de Luffy ante la recuperación de Frieda. Ace permanecía indolente, mientras esa mujer no atacara a su hermanito ni intentara nada raro, no veía porque tomarse molestias por ella. Además él estaba ya bastante ocupado en vengarse de una persona como para añadir a otra (que en verdad parecía arrepentida) a la lista. Robin se reservaba sus comentarios, pero permanecía más pensativa que nunca esos días, tal vez lo ocurrido con Frieda le recordaba un poco su llegada a la tripulación. Ella también había estado herida y se había refugiado en el barco. Y poco después de ello, y sin aparentemente importar lo que había pasado, Luffy la había aceptado.

Usopp se debatía entre aceptar a Frieda o erigir un patíbulo y quemarla viva. Tan rápidamente cambiaba de opinión que no era en verdad de mucha ayuda. Chopper se negaba a dejar a Frieda hasta que ella estuviera completamente restablecida, mostrando una fijación tan reacia y determinada que incluso hizo titubear a la propia Nami. Podía gritarle y manipularlo en lo que quisiera, pero Chopper era inflexible cuando se trataba de su profesión (Y Zoro no fuera el paciente)