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Luego de aquella intensa propuesta, Jason y yo nos tomamos unas cuantas copas de vino. Gracias a eso ahora tenía un horrible dolor de cabeza, que seguro no me dejara hacer nada. Pero en todo esto había algo, después que Justin me propuso matrimonio, mi cara no podía abandonar aquella sonrisa estúpida de enamorada, mientras que ahora solamente me encontraba fastidiada. Quería pensar qué era la resaca.

Me levante y me tome unas cuantas pastillas para el dolor de cabeza. Me hice paso hacía la cocina para comenzar a preparar el desayuno. Media hora después nos encontrábamos todos en la mesa desayunando. Jason me regalo una sonrisa, yo sé la devolví, forzada.

—Niños. Tenemos una noticia que darles.— tomó mi mano y le dio un leve apretón.

¿Ya quería comentarles? ¿Tan rápido?

—Sí, pero ya será más tarde. Tendremos una cena y le daremos la noticia.— solté rápidamente. Era mejor esperar un poco más. Sabia que le iba a caer amarga.

Jason frunció el ceño.

—Solo espero que no sea un bebé...— Jacob murmuró bajito, pero le escuche.

—Hoy iré yo por ustedes al colegio. Los quiero a todos juntos esperándome. ¿Bien?

—Bien.— su voz detonó decepción, pero lo ignore.

Hoy sería un día bastante largo y agotador.

No podía evitar pensar en qué pensarían los niños cuando les de esta noticia. Cuando me casé con Justin no sentía ninguno de estos nervios, estaba totalmente convencida... lo que no terminaba de entender era el por qué seguía comparándoles. Ellos eran muy diferentes. Tenía que dejar de hacer esto. Yo ya no quería a Jas... digo, Justin. No le quería, lo quise, pero no más. Quería a Jason, amaba a Jason, por eso había aceptado casarme con él. ¿O no?

Secuela WhatsApp ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora