Secuela WhatsApp ➳ j.b

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Emma.

—Hola Justin...

—Oye Emma. Creo que es hora de ir a buscar a los niños...— dijo Jason, pero al ver a Justin se cayó.— ¿Quién es él?

—¿Tú quién eres?— Justin frunció el ceño.

—Jason, él es Justin. Justin, él es Jason, mi...— él me interrumpió.

—Tu prometido.

¿Cómo lo sabia?

—Hace tiempo que te quería conocer. Mucho gusto Jason, soy Justin, Justin Bieber.

Jason lo miro confundido.

—¿Bieber dices? Espera. ¿Tú eres el padre de los niños?

—Él mismo. Y te digo, desde que me entere de todo, he querido hacer esto. No solo por ella, también por otras razones.— Justin se miro la mano por unos segundos y después de lo proporciono un golpe a Jason, justamente en medio de la nariz. ¡Joder!

—¡Justin!— jadeé al ver cómo golpeaba a mi prometido.— ¿Qué haces? ¡No joder que lo dejes!— le grité mientras veía cómo se abalanzaba encima de él. No me hizo caso, seguía proporcionando uno que otro golpe en su cara.— ¡Justin Drew Bieber que lo sueltes!— le volví a gritar. Eramos el centro de atención.

—¡Venga que ya lo dejo!— alzó los brazos, levantándose del piso.

—¿Estás bien?— le pregunté a Jason ayudándolo a levantarse del piso. Él asintió limpiando un poco de sangre que salía de su mejilla. Lo vi con intención de abalanzarse él y lo tome del brazo. Ya estaba bueno.— ¿Qué te pasa a ti? ¡Que no le conoces de nada!

—Cierto, que no le conozco. Pero vamos, pregúntale lo que piensa hacer con los niños. Nuestros niños.

—¿Qué sabes tú Justin?— murmuré de mala gana. No solo podía venir y hacer esto. No podía. No sabía nada de nosotros.

—Se lo suficiente Emma y tenemos que hablar. Aquel día no estaba en posición de exigirte, pero hoy sí. Y no me iré hasta que sea así.

—Estamos bien sin ti Justin. No los hagas sufrir cuando te vayas otra vez.

—Es que no sufrirán Emma, porque yo no pienso irme. ¿Dónde prefieres? ¿En tu casa o en el hotel?

Venga, sabía que no se iba a dar por vencido.

Solté un suspiro.

—En mi casa. Discúlpate con Jason.

—No me disculpare con ese gilipollas. Es por los niños.

Fruncí el ceño.

—¿Qué sabes tú de los niños? Cuatro años Justin, cuatro.

—Se más de lo que piensas. ¿Vas a pagar eso?— señalo mi carrito. Asentí.— Tú te vas conmigo.

—¿Pero y tú de que vas imbécil? Que soy su prometido.— Jason tomo mi brazo.

—Yo el hombre de su vida.

Lo miré atónita. ¿Pero qué decía?

—Que no me voy con ninguno. Que soy tu prometida Jason, no tu sumisa. Y tú Justin, que eres un jodido idiota.

—¿Emma?— soltó con una sonrisa.

El jodido idiota que amas.

—¿Qué Justin?

Agotaban mi paciencia.

—Que no te engañes a ti misma muñeca, que te conozco. Más de lo que tú piensas.

Y comenzó a caminar en dirección opuesta, finalmente.

—¡Te espero en tu casa nena!— gritó.

Un jodido idiota. ¿Qué hacia Justin en Los Angeles? ¿Por qué ahora?