Extra 3. La mente de Horacio

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Volkov perdió la consciencia en el momento que se cortó la deriva en el Cherno Alpha después de vivir en su propia piel la pérdida de su compañero en el enfrentamiento contra un Kaiju. La próxima vez que recobró la consciencia fue en la unidad médica de la base militar de Los Santos, sin embargo, tuvo que ser sedado porque al recordar todas las sensaciones que había percibido en Ivanov antes de morir, eran demasiado para él.

La gran herida que se había creado en su corazón era lo que más le dolía al piloto ruso, pero las heridas físicas que habían sido consecuencia de su rescate no eran pocas: Había requerido de respiración artificial debido a que su tanque de oxígeno se había agotado para cuando los hermanos Escobilla lo rescataron. Además, debido a que se había arrancado parte de la coraza frontal del Jaeger, muchas de las estructuras se habían venido abajo y una de las piernas de Volkov se había quedado atrapada, sufriendo los suficientes daños como para requerir una intervención quirúrgica cuando fue trasladado.

Una vez consciente y en proceso de recuperación, fue una tortura para Volkov estar en cama: Su cuerpo necesitaba descanso y aquello no le permitía realizar ninguna actividad para mantener su mente ocupada y al final, acababa hundiéndose él mismo en la miseria con sus pensamientos. La primera idea fue que no estaba del todo convencido de poder vivir en un mundo donde Ivanov ya no seguía a su lado, pero a continuación esa idea se transformó en que Ivanov no había perdido su vida para que él estuviera lamentándose y siendo un inútil para la sociedad. No podía actuar como un mártir, no podía ser una carga para nadie.

Así es como decidió que una vez pudiera ser capaz de ponerse en pie y salir de esa habitación del hospital, iba a volver a pilotar aquella máquina que podría haberle matado a él. Era su destino y estaba comprometido a incluso dar su vida si con ello podía frenar la guerra contra los Kaiju.

Desgraciadamente esa idea de continuar como piloto solo hacía que aumentar el resentimiento que guardaba contra Conway, quien parecía haber abandonado toda voluntad de pilotar tras el fallecimiento del otro piloto de Gipsy Danger. Volkov no quería terminar como él. No se trataba de actuar como un héroe, ni de ser aclamado por la fama: Volkov simplemente quería luchar con todas sus fuerzas para vencer en la guerra o morir en el intento.

Cuando Volkov salió del hospital, la noticia de querer continuar pilotando causó un gran revuelo entre su equipo técnico. Volkov podría ser el piloto con más experiencia que había estado en servicio hasta el día de su accidente, pero al mismo tiempo solo había derivado durante toda su vida con Ivanov y era un secreto a voces que Volkov era una persona complicada con la cual establecer una deriva, de lo cual podían presuponer que no sería fácil encontrar un candidato que fuera compatible en sustitución a su anterior compañero.

En el momento que se elaboró el listado cerrado de los posibles candidatos para la preselección, Volkov todavía no se había recuperado de sus heridas, pero insistió lo suficiente como para continuar adelante con el procedimiento. En una situación normal para comprobar la compatibilidad entre dos pilotos primero se habría comprobado su compatibilidad física y después la neuronal; sin embargo, el caso de Volkov no era uno normal y antes de pilotar Jaegers había sido un miembro activo en el ejército ruso, así que se esperaba de él que pudiera adecuarse al nivel físico de quien fuera su compañero. Así se aislaba la gran problemática de encontrar una deriva estable con otro piloto.

Probablemente el día de la selección sería un día que quedaría grabado en la mente de Volkov para la posteridad. Fue un día muy largo, lleno de frustración en la sala de simulación: Pasaban candidatos uno tras otro, todos con un rango y experiencia considerables, pero ninguno de ellos era capaz de mantener una deriva estable con el ruso.

El último de todos ellos era un simple cadete y su inexperiencia se podía plasmar en que también se veía muy joven, además de que su aspecto no cumplía con ninguna norma de etiqueta. Para cuando el cadete entró en la sala de simulación, Volkov estaba sentado porque necesitaba descansar un poco: Las heridas no se habían curado por completo y no podía andar con la normalidad que le hubiera gustado, de hecho, le tenían que ayudar para levantarse porque al apoyar su peso sobre la pierna herida, veía las estrellas del punzante dolor que le recorría.

Черный ✬ Альфа || VolkacioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora