Черный ✬ Альфа || Volkacio

двенадцать [12]

El grupo de amigos que Horacio inicialmente había formado cuando había llegado a la base se había fragmentado por completo y todos tenían responsabilidades tan dispares que, era muy difícil coincidir todos en el mismo lugar a la misma hora. Quizás por ese motivo Horacio se encontraba últimamente quedando más con Claudio, pues al fin y al cabo también era su amigo y en poco tiempo se había convertido en una persona a la que apreciaba como ninguna otra. A veces soñaba con que no se encontrasen en un mundo en guerra, porque podía asumir que su vida fuera reducida en cuanto a los lujos que se podían permitir, ¿Pero no tener libertad para poder andar por donde quisiera? Lo llevaba mal. Sobretodo porque le gustaría poder ir al cine o a una bonita cafetería a pasar el rato con Claudio y obviamente, no era posibilidad alguna.

Pero como si no pudieran existir días tranquilos en la base, mientras desayunaban tranquilamente en la cantina, o más bien, todo lo tranquilo que se podía estar en aquellas alargadas en las que comían los militares en compañía, empezaron a sonar las alarmas de alerta en megafonía para ir acompañado a continuación de un mensaje:

—Avistamiento de Kaiju nivel dos. Repito, avistamiento de Kaiju nivel dos. Matador Fury abandone las maniobras y diríjase a la ubicación remitida.

Horacio se alertó y probablemente Claudio se percató de la agitación de su amigo, pues colocó una mano sobre su hombro para tratar de calmarlo. ¿Pero como no sentir ansiedad? Era el primer Kaiju que aparecía tras la muerte de Ivanov y tras haber derivado bastantes veces con Volkov, empezaba a sentir la muerte del fallecido piloto del Cherno Alpha como si fuera su propia muerte.

Además, también se le tenía que sumar el hecho de que no sabía concretamente como debía actuar en esos casos. Es decir, creía que si en megafonía no les habían llamado expresamente para acudir al hangar, significaba que no era necesario estar allí, ¿no? Pero no podía evitar estar en estado de alerta.

—No te alertes antes de tiempo, cielo, pero deberíamos terminar de desayunar por si las moscas. — La voz de Claudio siempre lograba reconfortar a Horacio y aun con un nudo en el estomago, se terminó el desayuno. Hizo bien en seguir aquellas indicaciones y comer un poco más, porque no tardaron demasiado en llamarle para el servicio.

—Pilotos y equipo técnico de Cherno Alpha, acudan al hangar.

Era la primera primera vez que Horacio actuaría en una amenaza real y a pesar que días atrás le había dicho a Volkov que era su compañero y que estaría para apoyarle en los malos momentos, ahora se sentía como un animalillo acorralado. Claudio acarició con delicadeza la mejilla a Horacio y este, en el momento que sintió el acto cariñoso intentó salir de dudas.

—Todo va a ir bien, no te asustes, saca el héroe de dentro.

Horacio sonrió para preguntar: —Este héroe necesita un besito...

Los deseos de Horacio eran ordenes para Claudio y más cuando eran en esa línea de afecto, cuando Claudio asintió con la cabeza, Horacio colaboró agachándose un poco y sus labios se rozaron tiernamente unos breves instantes. El doctor sabía a nicotina y Horacio podía deducir que antes de reunirse con él habría estado fumando, pero los toques de Claudio eran tan dulces con él que no le importaba, ni siquiera le importaba estarse besando en público. Horacio no veía nada raro en aquella intimidad, pero era más que evidente los motivos por los que Volkov había malinterpretado su relación con el pelirrojo.

No podía estar haciendo manitas eternamente con su amigo, así que una vez se sintió un poco más reconfortado y con las energías renovadas, Horacio partió hacia el hangar. No fue de los primeros en llegar y todos los técnicos estaban bastante alborotados por la situación, de hecho, Horacio estaba tan nervioso que ni se percató que estaban hablando entre ellos en ruso pero era capaces de seguir su conversación a la perfección: Aquella era una de las maravillas de la derivas, aprender un idioma sin hacer el menor esfuerzo.