Черный ✬ Альфа || Volkacio

восемь [8]

El humor de Horacio estaba siendo cambiante últimamente; a pesar de que expresaba gran alegría de cara a los demás, estaba preocupando porque profesionalmente no estaba progresando demasiado. Era un momento donde debería alegrarse porque sus amigos estaban dando muy buenos resultados en el Striker Eureka, pero aunque Horacio lo celebrase con Segismundo y Rogelio, en el fondo de su corazón se sentía frustrado porque se veía a sí mismo como un obstáculo para que Volkov desplegase todo su potencial en el Jaeger.

De hecho, a Striker Eureka le estaba yendo tan bien, que prontamente tendrían maniobras en el exterior mientras que ellos seguían coordinando movimientos en el hangar: Estableciendo derivas que no duraban apenas unos pocos minutos. Todo el mundo esperaba mucho de Horacio y Conway no paraba de presionarle, ¿Cómo se suponía que tenía que sobrellevar esa situación?

Luego estaba el tema con Volkov, sí, genial; ahora conseguía entablar una conversación con él y no estaba siendo ignorado, pero no creía que su relación fuera lo suficientemente fuerte como para pilotar de forma competente. Sin embargo, desde el primer minuto le había dado la sensación que Volkov era el tipo de hombre que si te acercabas a pasos apresurados solo conseguirías que se alejase a la primera oportunidad que tuviera. Volkov era una persona muy complicada con la que lidiar.

Y allí estaban una vez más, en el hangar del Cherno preparándose para una maniobra más. Horacio quería animarse, porque en el momento que establecieran la deriva, Volkov se percataría que tenía la cabeza llena de dudas y no quería ser un problema más, pero él no era bueno controlando las emociones a su antojo, solo las podía tratar enmascarar.

—¡Buenos días, Volkov! — El ruso como respuesta, solo asintió levemente con el rostro y Horacio sonrió pocos instantes después. Le daba la impresión de que Volkov no estaba tan pálido como días atrás, ¿Se encontraría mejor? Horacio no preguntó, porque aunque la respuesta fuera que no se encontraba bien, estaba seguro que Volkov lo negaría.

Horacio empezaba a habituarse a los procedimientos del Cherno y tomó su lugar de forma natural, escuchando la voz de Serjay preguntándole cómo estaba una vez se colocó el casco. Los pilotos no tardaron demasiado en prepararse para la maniobra.

—Preparando saludo neurológico. — Mencionó Serjay, en un tono de voz neutro.

Por primera vez en mucho tiempo, Horacio pudo tener una visión de unas memorias nítidas en la deriva. Las imágenes transcurrían delante de sus ojos como si de una película se tratase, incluso le daba la sensación que podía notar el frío de Rusia en su piel. Unos segundos más tarde se percató que a diferencia de lo que había pensado inicialmente, no se encontraba en las memorias de Volkov, sino en las de Ivanov. Eso le confundió, pero ciertamente nunca había derivado con alguien que hubiera tenido tanta experiencia derivando con una persona anterior.

Si bien era mucho más fácil derivar con unas memorias estables como eran las de Ivanov, Horacio se sintió aturdido durante unos segundos y sentiría la sensación de culpabilidad por saber de alguien sin su consentimiento; tampoco Ivanov era como si se lo pudiera otorgar.

Horacio volvió a la realidad con un ajetreo repentino del Cherno, pero obviamente él no había realizado ningún tipo de esfuerzo para que el Jaeger se moviera. —¿Q-qué? — En un estado de confusión evidente, Horacio escuchó como al otro lado de la línea, los técnicos también se encontraban desconcertados. Aquello solo provocó que entrase más en pánico.

—Horacio, escúchame. Tú estás alineado, pero Volkov está persiguiendo ranas.

Al escuchar aquellas palabras, Horacio tuvo el deseo de gritar, pero obviamente no lo hizo. Por primera vez, se sintió solo dentro de Cherno: No es que Volkov hubiera sido muy colaborativo en toda su trayectoria como compañeros, pero siempre había estado ahí para tener las cosas bajo control. ¿Qué se suponía que tenía que hacer ahora que Volkov estaba fuera de sí? Si estaba "persiguiendo ranas" significaba sin lugar a dudas, que Volkov se había quedado atrapado en sus propias memorias mientras realizaban la deriva.