Черный ✬ Альфа || Volkacio

двадцать три [23]

No es como si Horacio hubiera pensado que al iniciar una relación sentimental con Volkov iba a ser algo sencillo, pues desde el primer momento en el que habían interactuado había sido un total desastre y era obvio que ninguno de ellos tenía o había tenido una vida demasiado común, así que eso afectaba a como se relacionaban entre ellos. Después de que Volkov hubiera mencionado otra vez el tema de que se iba a morir y que deseaba que Horacio tuviera buenos amigos con los que relacionarse cuando él no estuviera; el chico simplemente lloró el resto de la noche en su habitación. Volkov había intentado hablar con él, pero Horacio no había tenido el valor para encararle y trasladó la conversación al día siguiente.

Aquella era su gran desgracia, a pesar de que tuvieran roces por su relación sentimental, seguirían siendo compañeros de trabajo que deberían verse obligados a coincidir a diario. Volkov se disculpó y Horacio no tuvo más remedio que perdonarle, remarcando que no debía ser tan directo con aquel tema o volvería a suceder lo mismo.

Si bien su relación se había intentado normalizar con el transcurso de los días, de nada ayudaba que las condiciones de la guerra provocasen que su atención debiera dirigirse a la responsabilidad que tenían como pilotos. Habían sido citados absolutamente todos los pilotos de Jaeger de la base al despacho de Conway y aquello, nunca aseguraba nada bueno. Horacio solía prestar más atención a Armando que a Conway, por el simple hecho que era una figura que le parecía mucho más cercana y no le infundía temor, aunque para su suerte o desgracia, aquel día se encontraban en el despacho los científicos, Diego y Yuu, así que la mayoría de los pilotos esta vez estaba por prestar atención a sus explicaciones.

—Según los cálculos con los que contamos el total de Kaijus con los que nos enfrentaremos será tres. Probablemente no aparezcan a la vez. —Si bien Diego había respaldado su explicación en una ecuación numérica, estaba claro que solamente Yuu en la sala tenía los conocimientos necesarios para seguir la explicación de su compañero.

Entonces fue el turno del asiático de explicar como funcionaba la brecha: —Para que me entendáis, los Kaiju tienen una especie de "código de barras" con el que pueden acceder a la brecha. Nosotros carecemos de él y no tenemos conocimientos necesarios como para emularlo, por lo que no podemos abrir la brecha artificialmente, por ende, la única manera por la que podríais acceder a la brecha para la explosión es confrontar directamente a un Kaiju y aferraros a él para que os abra la brecha. —A pesar de que ya se había hablado de aquel punto en la conversación anterior sobre la "batalla final", si era cierto que con la explicación de Yuu ahora a los pilotos les quedaba mucho más claro porque debían actuar de esa forma.

Conway se aclaró la garganta antes de hablar. —El encargado de confrontar a ese Kaiju, por su superioridad tecnológica, será Striker Eureka.

Rogelio y Segismundo se miraron entre ellos contrariados, si bien eran los que menos miedo mostraban en las operaciones porque para ellos pilotar era un juego, no había que perder de vista que de los tres grupos: Eran los más novatos. Matador Fury llevaba pilotando durante años y en Cherno Alpha quizás estaba Horacio que era igual de novato que ellos, pero lo compensaba con creces con la experiencia de Volkov, que actualmente era el piloto con más renombre del mundo entero. Aunque lo lógico hubiera sido que los gallegos empezaran a cuchichear, en realidad fueron los hermanos Escobilla quien empezaron a hacerlo, pero Conway les cortó, hablando por encima de ellos.

—Mientras que Striker Eureka será el que acceda a la brecha con ese Kaiju, Cherno Alpha y Matador Fury serán los encargados de retener a los demás Kaiju para que no intercedan en el plan.

Volkov estaba con los brazos cruzados y aunque daba la impresión de que estaba prestando atención, Horacio sabía que en realidad le estaba importando una mierda lo que Conway tuviera por decir. Evidentemente era el más tranquilo de la reunión, porque Pablito no tardó demasiado en cuestionar el plan.