Черный ✬ Альфа || Volkacio

девять [9]

En el momento que se habían llevado a Volkov al apartado médico no permitieron que Horacio estuviera presente mientras le realizaban el chequeo, le comentaron que en principio no era más que un procedimiento rutinario y que no debía preocuparse, pero Horacio se quedó esperando en el pasillo de todas formas. Sin embargo, Volkov no salió andando de la sala médica, sino que estaba tumbado en una camilla y lo trasladaron a otra habitación.

¿Cómo no iba a preocuparse? Volkov estaba consciente cuando ingresó en la base médica, aunque estaba temblando y afectado por lo mal que había ido la deriva, ahora parecía estar inconsciente. Ayudó que de todos los médicos posibles, se acercase Claudio a hablar con Horacio.

—Estaba muy alterado así que hemos tenido que sedarlo, estará unas horas más dormido. — Horacio asintió con el rostro y mostrando un mohín que ocultaba que se podía a poner a llorar en cualquier momento. —Calculo que como mínimo dos horas, deberías descansar un poco tú también.

Horacio sentía que todavía tenía el corazón cerrado en su puño por la ansiedad que le había provocado que Volkov se quedase enganchado en sus propias memorias, así que no tenía fuerzas ni ánimos para hablar; negando con la cabeza ante aquella propuesta.

—Vas a quedarte con él, ¿no? Voy a estar de guardia hasta dentro de unas horas, me tendrás rondando por aquí. ¿Crees que vas a necesitar algo?

—Un abrazo. — Claudio no se había referido a eso con su pregunta, pero con una sonrisa débil en su rostro abrazó a Horacio entre sus brazos.

—Todo va a ir bien, ¿De acuerdo?

Claudio le revolvió el pelo a Horacio y era una escena un tanto peculiar, pues Horacio era mucho más alto que el Doctor. Poco después se separaron, Claudio a continuar cumpliendo con sus funciones y Horacio a esperar en la habitación a que Volkov se despertase. Horacio era incapaz de relajarse en aquella situación y poco a poco, los nervios iban comiéndole por dentro.

Se sentó en una butaca que estaba en un rincón de la habitación y cansando, subió los pies a la misma y terminó abrazando sus rodillas. Cerró sus ojos por el cansancio, pero no era capaz de dormir por la ansiedad que seguía en su cuerpo. Abrió sus ojos cuando escuchó la puerta chirriar y entró un hombre que no era capaz de reconocer, pero que no era un médico sino que tenía que ser técnico a juzgar por sus ropas.

—¿Podemos hablar un momento? — La pregunta tomó a Horacio desprevenido, pero tras unos segundos se levantó y acompañó al desconocido al pasillo para dejar a Volkov descansando. —Soy Armando, te he ayudado hace unas horas, soy el ingeniero jefe de la base.

—Oh... Uhm... ¿Perdón por lo sucedido?

—No ha sido tu culpa. — Armando apoyó su espalda contra la pared. —Esta situación se ha dado en el pasado y de hecho, pasa de vez en cuando, pero por lo que tengo entendido, nadie te lo había dicho.

—Ah... ¿No?

Armando estuvo unos segundos en silencio y Horacio más que sentirse presionado, simplemente notó que el hombre pensaba en cómo proceder con él. —¿Hay algo que se te haya comentado sobre el Cherno Alpha que no sea procedimiento técnico puro? — Horacio no tuvo que contestar con palabras porque su rostro lo decía todo. —Intentaré tener acceso a los informes de las incidencias del Cherno para compartírtelos, aunque tendrás que buscar a alguien que te los traduzca.

Que aquella situación no fuera un hecho aislado solo le provocaba más pánico a Horacio: ¿Se suponía que tendría que lidiar con ello como un hecho común? ¿Por qué nadie le había avisado de que podía suceder si no era un hecho tan aislado? Entonces como si no pudiera retener sus dudas en su mente, Horacio simplemente preguntó: —¿Por qué Volkov me ha estado ocultado esto?