Черный ✬ Альфа || Volkacio

пятна́дцать [15]

Habían muchos militares que no les importaba bajar a la cantina por su cuenta y comer solos si no coincidían con sus compañeros, pero aquel no era el caso de Horacio. El muchacho pensaba que era deprimente comer solo a pesar de estar en un comedor rodeado de otras personas con las que no tenía relación. Por eso, con bandeja en mano, siguió buscando con la mirada algún rostro familiar: Si no estaba Gustabo ni sus amigos con los que llegó a la base, todavía habrían muchas más personas a las que conocía con las que podría sentarse a comer... ¿No?

Así es como encontró a Nikolai en una la de las mesas, comiendo con otro chico rubio que aparentaba ser más o menos de la edad de estos, pero al que Horacio no le sonaba en absoluto haber coincidido con él antes. Horacio se acercó a la mesa, pero antes de tener que decir nada, Nikolai lo reconoció y le saludó con un gesto con el rostro.

—¿Os importa si me siento con vosotros? —A pesar de que Horacio lo preguntó, se sentó sin esperar una respuesta en sí.

—Que va, adelante. —Respondió Nikolai de forma bastante natural. —Espera, ¿Os conocéis?

Horacio negó con el rostro y entonces el desconocido se presentó. —Me llamo Yuu, soy uno de los científicos del cuartel.

—Y también es mi novio. —Confesó Nikolai, lo que hizo que Horacio se sorprendiera bastante y fuera una reacción bastante evidente para cualquiera que estuviera presente. —¿Qué? ¿Porqué todos sorprenden cuando lo digo? —Yuu solo río un poco, pero no añadió nada.

—Nunca has hecho referencia a que tenías o podías tener pareja, ¡No lo he hecho con mala intención! —Horacio movió las manos de forma nerviosa y era gracioso que se intentase exculpar de esa forma, pero ninguno de los dos otros hombres estaba realmente molesto.

Nikolai y Yuu continuaron hablando de temas que realmente, Horacio no le importaban demasiado, pero debido a que había sido quien se había entrometido a sentarse con ellos; no iba a cortar una conversación que habían estado manteniendo anteriormente a que él hubiera llegado, así que comió en relativo silencio hasta que hubo un momento en el que le introdujeron en la conversación.

—Lo escuché en la universidad pero como realmente tampoco sabía cómo funcionaba en el mundo real, me pareció una exageración... Ahora todo cobra sentido y en cierto punto, visto desde fuera, es gracioso. —No era sorprendente enterarse que Yuu hubiera ido a la universidad, era científico, por lo que tendría que tener estudios, aunque la conversación en sí no le decía nada a Horacio. —Horacio lo sabe, ¿no?

El nombrado parpadeó un par de veces, sorprendido, porque realmente no tenía ni la menor idea de lo que estaban hablando. —¿Qué es lo que se supone que sé?

—¿No te has fijado? Volkov sufre de deriva cruzada. —Hubiera tenido lógica que lo hubiera explicado el mismo Yuu, pero fue Nikolai quien lo hizo de forma bastante directa.

—Ah, ya. Tiene rasgos de Ivanov, ya lo sabía.

Nikolai suspiró y se pasó la mano por el rostro. —No, no, por dios: Está empezando a tener rasgos tuyos, Horacio. A veces es más vulgar y se pinta las uñas, eso lo ha adquirido de ti.

¿Cómo había pasado por alto un detalle tan vistoso como lo de las uñas? Pero a decir verdad, no estaba coincidiendo demasiado con Volkov porque el ruso lo estaba evitando y estaba llegando a un punto que rozaba lo absurdo. ¡Trabajaban juntos! Volkov no podía evitar a Horacio eternamente.

La cuestión es que le sorprendía; pero no debería. Uno de los primeros detalles personales que conoció de Volkov era que él era muy sensible a la contaminación por deriva, por lo que había adquirido muchas manías de Ivanov por culpa de haber estado derivando durante muchos años. Sin embargo, no esperaba que con cuestión de meses, empezase a adquirir sus propias manías. ¿Pero quien era para juzgarle? Horacio había aprendido ruso por el simple hecho de derivar con Volkov, así que también estaba siendo afectado por la misma situación.