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Los fuegos artificiales siguieron cubriendo el cielo al momento que Wilmer separó sus labios de Brandon.

—No somos novios, terminé con él otro día...

—¡¿Qué?! —preguntó Wilmer alejándose de Brandon rápidamente. —¡¿Y no me dijiste?! —agregó.

—Pues no tuve chance, sucedió lo de tu padre y quería que hablaras sobre eso, y luego mi cabezota...

—Golpee a tu ex...—dijo Wilmer dándose cuenta de lo que había hecho.

—Si, golpeaste a mi ex, y por un segundo no me lo creí...—agregó pensativo Brandon de forma ingenua. —¿En serio sabes pelear?

—No, yo solo me lancé a él...—musitó Wilmer cubriéndose la cara de la vergüenza mientras Brandon lo volvía a abrazar. —suéltame...—dijo el chico con voz ahogada entre sus manos.

—No, no te soltare, sí o sí te atrapare, así que no caerás más de esa roca, ni caerás en tus huidas, solo caerás en ms brazos y yo en los tuyos. —respondió Brandon. —¿Vale?

—¿Lo que significa...? —preguntó Wilmer.

—¿En serio debo decirlo? —preguntó Brandon sonriendo.

—No, no debes...—agregó Wilmer besándolo hasta que el llamado de Loreto y Sebastián a lo lejos se hizo presente.

—Wilmer...—gruño loreto golpeando al pelinegro en el hombro suavemente. —¡Me ganaste! —dijo riendo. —Yo era quien debía darle un buen golpe a ese idiota...

Wilmer estaba nervioso.

—Hey... —dijo Brandon tomándole la mano. —Está bien, se lo merecía de todas formas, terminamos porque si me era infiel después de todo.

—Yo le dije, pero no me quería creer. —soltó Loreto con aires de diva. —Se me rompió una uña cuando intenté separarte de León...—dijo la chica mostrándole la uña a Wilmer.

—Lo siento. —soltó en chico tratando de volver a caer y recuperar esa careta distante y fría, pero antes de que lo hiciera Brandon apretó su mano y los otros dos chicos frente a él solo le sonrieron amablemente.

Finalmente, todos se detuvieron a mirar los fuegos artificiales en el paseo costero de Valparaíso. Sebastián al costado de Loreto y Brandon al costado de Wilmer, quien no lo soltaba. Sin embargo, lo hizo para llevar sus manos a sus orejas cubriéndolas debido a que los fuegos artificiales estaban sonando demasiado fuerte para él.

—Lo siento, oídos sensibles...—soltó el castaño.

—Oh...—exclamó Wilmer y sacó ese pequeño paquete de plástico por el cual había vuelto. —Ten...

Brandon lo miró algo extrañado y al abrir dicho paquete había un par de tapones de espuma. Brandon solo sonrió y los ablandó con sus dedos introduciéndolos en sus oídos, si bien aún escuchaba el ruido de los fuegos artificiales, esto son molestaban como hubieran hecho sin aquel detalle de Wilmer. Entones volvió sostener su mano, a lo que Wilmer sintió que cada fibra de él se infundía de calidez, era un genial momento para terminar su historia, para terminar aquel verano, si ese fuese el último día de su vida, se sentía tibio y querido, se sentía sostenido y no caía, sin embargo, la historia de Wilmer no terminaría esa noche, no terminaría viendo los fuegos artificiales.

Sí o sí te atraparé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora