C A P Í T U L O | 14

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JASPER POV

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JASPER POV

Aquella mañana, había amanecido particularmente soleado y aunque aún se sentía el clima frío, era más que sabido que no podría asistir a la escuela con el cielo tan despejado. Me preparaba para hacer mi mejor voz de enfermo, para llamar a servicios escolares y fingir que tenía una gran gripe que me impedía levantarme de la cama, cuando a lo lejos reconocí el rugir tan característico de la camioneta de Bella.

La esperé en la entrada de la casa, todavía vi como bajaba tan torpemente la camioneta y luchaba por no caer antes de llegar a la puerta.

Apenas se detuvo frente a mi supe por su rostro que venía a decirme algo que probablemente no era tan bueno ademas de que su cuerpo desprendía preocupación e intranquilidad. La hice pasar a la sala, ella se sentó en uno de los sofás y yo me quedé al otro lado de la habitación.

— Alina lo sabe... —soltó de repente, tomándome por sorpresa.

— ¿Cómo lo supo? —me sentí alarmado— ¿Qué sucedió? —traté de no inquietarme.

— Fue durante una discusión que tuve con Jacob... —admitió avergonzada, así que fue fácil determinar que había sido en parte su culpa. — ambos mencionamos lo de los lobos y también él hizo mención de los Cullen.

— ¿Qué sabe exactamente? —sentí como mi mandíbula se tensaba.

— Que Jacob y varios son lobos y... —pasó saliva— que tu y tu familia son vampiros.

Bufé con fuerza y medite un segundo. Ella después de varios minutos de silencio, se atrevió a mirarme. Me tranquilicé y dije:

— Creo que... tendré que desaparecer, la chica podría poner en peligro toda la situación.

— ¿Irte? —los ojos de Bella de momento me parecieron más grandes, por la forma en como los abrió, casi de inmediato se llenaron de lágrimas.— No, por favor. —rogó.

— La humana sabe lo que soy, no puedo arriesgarme a que me delate.

Bella se paró del asiento de un brinco y con las lágrimas escurriendo por sus mejillas, habló.

— Ella... ella sabe la verdad, pero guardará el secreto. —atropellaba las palabras— no dirá nada. También guardará el secreto de los lobos, todos ellos saben lo que sucedió, ellos estaban allí...

— ¿Cómo reaccionó, estaba aterrada? —podía imaginar a la humana, llorando en una esquina.

— Se desmayó... —Bella se rió— pero fue por el miedo que sintió al ver a la manada de Sam, además de que le gritó a Jacob que era un asesino. —hizo una mueca de culpa— pero de ahí, ella estaba fascinada con la idea de todo este mundo mitológico.

Me sorprendió saber que la reacción de Alina, había sido tan normal, como si no le hubieran dicho nada fuera de lo común, ¿quién era esa chica?. Mientras tanto, apenas daba el medio día, era demasiado temprano para que Bella regresara a casa y algún amigo de Charlie la viera y le dijera, así que mientras estaba allí oculta en mi casa. Al mediodía, sacó un traste de plástico con un par de sandwiches dentro, olían bien, pero nada que se me antoja de verdad. Un momento más tarde, me di cuenta de que la humana bostezaba aburrida y al cabo de unos minutos se había quedado dormida en el sofá.

Fui a la habitación y llamé a Esme, necesitaba contarle a alguien la verdad de lo que sucedía por acá, así que le tuve que decir que estaba frecuentando a Bella, aunque con mucho cuidado y después le solté el tema de Alina. Esme no perdió la cabeza y me sugirió primero hablar con aquella humana y determinar qué actitud adoptaría al conocer aquel secreto, nuestro secreto. También me animo un poco al decir que quizá la tal Alina era como Bella, que se acostumbrara a la convivencia con el monstruo casi de forma natural.

En cuanto bajé a la primera planta, ya era media hora más tarde de lo que normalmente salíamos de la escuela, pero ver a Bella dormir tan plácidamente me hizo sentirme culpable por levantarla. Pensé, en todas esas noches en las que no habría podido dormir, por la depresión que la partida de mi hermano le había provocado. Decidí tomar la moto e ir en busca de algún restaurante vegetariano, para comprarle algo de comer, sabía que los humanos al despertar de una larga siesta lo primero que hacían era buscar comida. Encontré uno con ayuda del gps, parecía un buen lugar y su menú era decente, aunque en realidad no sabía qué era lo que esa Bella comía, decidí pedir tres órdenes diferentes por si algo se le antoja más.

Cuando regresé a casa, Bella estaba despertando, se veía hinchada y desorientada, pero en cuanto me vio me sonrió amablemente.

— ¿Dónde estabas? —preguntó somnolienta.

— Fui por algo de comida... —le enseñé las bolsas y me adentro a la cocina, con ella pisandome los talones.

— Gracias, no debiste... —dijo al tiempo que atacaba la bolsa con los platos de comida. — esto se ve muy bien.

Me quedé al otro lado de la barra, mientras ella abría los tres platos y picoteaba de uno y de otro.

— Extraño a Esme. —soltó de repente.

— Yo también, espero poder verla pronto. —dije.

— ¿Crees que pudieras saludarla por mi, en cuanto hables con ella? —su voz era apenas un susurro.

— Por supuesto, Bella. Ella estará muy feliz de saber que no la has olvidado.

— Nunca podría olvidarlos.

En cuanto terminó de comer, recogió los sobrantes y los puso en un solo plato, los envolvió bien en la bolsa de papel y anunció que se iría.

Entonces llegó ese momento de soledad, de pensar en lo que ahora se sabía, lo expuesto que me sentía frente a esa nueva humana, aún tenía cosas que pensar sobre mi vida, lo qué haría y a donde me dirigiría, pero por el momento necesitaba dejar a Bella más estable, necesitaba ver que sería capaz de no cometer tonterías o de que Victoria regresará por ella.   


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CUARTO CRECIENTE ━ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora