C A P Í T U L O | 23

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ALINA POV

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ALINA POV

A la mañana siguiente, el intenso frío me despertó. Abrí los ojos pesadamente, solo para darme cuenta que Jasper ya no estaba a mi lado. Esperaba no haber roncado o babeado la almohada, sería una tremenda vergüenza. Me estiré entre las sábanas y cuando me disponía a levantarme de la cama, escuché los nudillos de Jasper tocar la puerta.

— ¿Alina, estás presentable? — titubeo detrás de la puerta.

— A veces se me olvida lo anticuado que eres. — dije mientras me reía. — Anda pasa miedoso.

— Por mi no habría problema en verte desnuda. — brotó de sus labios de pronto. Hubo un breve silencio, pero mi risa se rompió.

— No podrías con tanta sensualidad, querido Jasper. — dije juguetonamente.

— ¿Ah no? — se acercó con aquella mirada, que poco conocía, una llena de picardía. — ven aquí, querida y antojable humana...

Se abalanzó sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas, me retorcí como vil gusano mientras pataleaba y le pedía que se detuviera. Entonces nuestras miradas se encontraron en cuanto él se detuvo. En un acto reflejo, enrede mis dedos entre su dorado cabello y lo atraje hacía mí, nos besamos como si no hubiera un mañana. Cuando el calor comenzó a afectar mi sensibilidad, recorrí con mis manos su espalda por debajo de la camisa y se la quité, besé su perfecto pecho. Parecía disfrutarlo tanto como yo. Entonces sus labios se posaron en mi cuello y lamió lentamente, haciendo sentir un escalofrío que puso dura cada parte de mi cuerpo. Sus manos descendieron, de mi cuello, pasando por mi pecho, hasta entrar en mis pants. Mis piernas fueron una puerta abierta a sus suaves manos que jugaban con mi femineidad. Cuando volví en sí, fue cuando sentí mis piernas desnudas y el frío golpeándome, él había aventado mis prendas lejos de la cama y se metía debajo de las sabanas, sentí su aliento helado en mi intimidad y acto seguido, mi universo se expandió. Jasper aquella mañana me había llevado a tocar el cielo sin salir siquiera de la cama.

Era momento de bajar a la cocina, para tomar un buen desayuno. Jasper me llevaba de la mano y parecía tan feliz como yo en ese momento. Rosalie y Emmett estaban allí, ella en su perfecto atuendo del día, era una barbie humana, no podías sentir más que envidia por ella en su perfección y el grandulón aún iba en pantalones de pijama y una sport que dejaba al aire sus enormes músculos.

— Bienvenidos, pequeños tortolitos... — dijo Emmett en un tono que me puso alerta.

— Hola, chicos, buenos días. — saludé. Segundos después aparecieron Esme y Carlisle.

— ¿Cabello mojado? — Emmett tomó un mechón y movió las cejas — Sonrisa de oreja a oreja y serotonina destilando por sus poros... mmm — meditó.

— Emmett, cállate. — Jasper intervino, pero era tarde, sabía que quería decir.

— ¡TUVIERON SEXOOO! — gritó con todas sus fuerzas y comenzó a correr alrededor de la barra. — ¿Qué tal cochinotes? Pensé que los quejidos eran solo parte de mis abstinencia que mi hermosa mujer me tiene... ¡HUELE A SEXO!

CUARTO CRECIENTE ━ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora