Jasper la miró con completa fascinación, era una criatura imperfecta, tan extraña como él, pudo ver desde lejos la vitalidad con la que sus mejillas se sonrojaron cuando lo descubrió observándola.
Jasper, había encontrado a su Tua Cantante.
Jasper...
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ALINA POV
El tiempo se agotaba, Jasper era un poco voluble y errático si se lo proponía, no había tiempo para pensar nada, estaba decidida, iría por Edward de una vez por todas y acabar con esto para siempre, aunque aquello significaba decirle adiós a Jasper para siempre.
Apresurada baje las escaleras, casi tropezándome con mis propios pies, al llegar a la primera planta me encontré con Elsie que venía llegando de quien sabe dónde, a primer momento no lo note, pero tenía el semblante serio y triste, un poco desencajado, no era su humor habitual. Se acercó a mi apenas me vio y entonces noté sus lágrimas que chorreaban de sus ojos, entre sollozos, me abrazó tan fuerte como nunca lo había hecho, no desde que le conté como había terminado en la calle, siendo huérfana.
— Lo siento tanto. — sollozó y enterró la cara en mi cuello — intente advertirte, pero no me hiciste caso.
Tres personas aparecieron en la entrada de la casa, un policía de otro condado, una mujer de traje sastre negro y un hombre con uniforme que no reconocí de dónde.
Me paralicé, mis piernas se pusieron flojas y el corazón me latió a mil, las lagrimas no las pude evitar, se hicieron presente nublándome toda noción.
Me dieron unos minutos para tomar una mochila con un poco de mi ropa y entonces, el hombre de uniforme, me llevó hasta una camioneta negra, antes de subir, me abracé tan fuerte como pude a Elsie, quien no dejaba de llorar tanto como yo. No dejaba de repetirme que la perdonara.
— Perdóname, debí cuidarte mejor... — lloraba.
— Esta bien, tu hiciste lo mejor del mundo por mí. Te quiero, siempre serás la mejor hermana.
— Perdóname, prometo pelear por ti. — el hombre apartó a Elsie de mí y me subió empujándome dentro de la camioneta.
— ¡Elsie, llama a Edward Cullen, llámalo y dile lo que pasó! — grité antes de que el vidrio subiera y la camioneta arrancará.
En cuanto dimos la vuelta, me solté a llorar con todas mis fuerzas, no había llorado así desde que la policía llegara a casa y me dieran la noticia de que mi familia había muerto en aquel terrible accidente. Era todo, ahí llegaba todo, protección al menor me había atrapado y seguro me pondrían en un orfanato o un hogar de acogida si bien me iba, suerte tendría si no me tocaba una familia de esas que maltratan a sus chicos, que dejan sin comer y los hacen sus esclavos, suerte seria si me tocaba una familia amorosa que entendiera el infierno que pasaría por aquellos días. Me dolía pensar que Jasper se sacrificaría ahora por nada, porque yo viviría mi propia cárcel. Su sacrificio seria en vano, Alice ganaría y yo perdería.
Un poco después llegamos al aeropuerto, me bajaron y como si fuera una criminal, me pusieron unas esposas, aquello debía ser lo más insultante para mí, pero ya no me importaba nada, era como un vegetal en medio de un mundo de personas que me miraban susurrando a mis espaldas, mientras me veían llorar, seguro que pensaban que era una ladrona, mejor que pensaran que era una asesina en serie, eso me complacía más. Me sentaron en una de esas bancas frías para esperar los vuelos, en lo que ellos hablaban con personas encargadas del aeropuerto, entonces todo paso en una fracción de segundos, un hombre se paro a mi lado y no le di importancia, pero de la nada me tomo del brazo y me levanto de un jalón, comenzó a arrastrarme por el aeropuerto y yo no me opuse, hasta que me di cuenta que me llevaba a la salida.
