C A P Í T U L O | 32

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ALINA POV

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ALINA POV

Todos se quedaron inmóviles, solo podía ver mover sus ojos de un lado a otro con terror. Nunca había visto una expresión de terror en el rostro inescrutable de Aro, quien ahora parecía más suplicarme que lo ayudara.

Fui hasta donde Jasper y los demás y aventé al piso a Dimitri, quien cayó como una pieza de mármol al suelo. Y aunque miré a Jasper aún inmóvil, unos segundos bastaron para entender mi nuevo destino.

Fui hasta Aro y me paré frente a él con toda la seguridad que me fue posible reunir y a continuación amenacé al rey de los vampiros:

— Te tengo un trato, que no puedes negarte a tomar y confiaré en que si lo aceptas lo vas a cumplir, porque se que los Vampiros como tú, aman las leyes y que estas se cumplan, así que confiaré en tu palabra. — me tome un segundo y continue — Dejaras libre a los Cullen y no les molestaras más, a menos que no cumplan las reglas, pero no los atormentaras por esto. A cambio me quedaré en un puesto privilegiado de tu guardia, incluso mejor que el de Jane — una media sonrisa broto de mis labios cuando dije su nombre — Estaré aquí, pero si no quiero hacer algo, no me podrás obligar a hacerlo, ¿entendiste? — pensé y continúe — Creo que es un buen trato, así que tienes hasta la mañana siguiente para pensarlo y decirme que decisión tomaste.

Aro parpadeo dos veces y lo tome como un, si. Así que me hice dos pasos hacia atrás y grité: — ¡CONTINUA! Y todos cayeron al suelo, Aro, Caius y Marcus se pusieron de pie en medio segundo y sus rostros lo dijeron todo, estaban alarmados y asustados, ¿los vampiros se podían asustar? Entonces contuve mis ganas de aventarme al suelo, era la tercera vez que ponía en practica mi don y me daba cuenta que entre más personas había que detener, el cansancio era peor. Edward vino a mí, en cuanto leyó que me ayudara, para que el teatro no se me cayera, porque con lo débil que acababa de quedar, seguro que nos hacían puré sin problema.

Aro, solo le dijo a Dimitri que nos escoltaran a las habitaciones, aquello sonaba bien, pero viniendo de Aro daba pavor. Pero nada paso, a mi me dieron una gran habitación, oscura y perfecta, no olía a humedad como esperaba, aquello era como un hotel lujoso, pero sin camas, solo con sillones de adorno. Edward, Jasper y Carlisle, fueron metidos a la habitación contigua. En cuanto me dejaron sola, me senté en el gran sillón y me recosté, intenté no maldecir lo cansada y sedienta que me sentía, para no ser descubierta.

En la noche, alguien tocó a mi puerta, en cuanto abrí, vi a Jasper. Llevaba una charola de oro, con un vaso metálico sobre él.

— Espero eso sea algo de comer — dije olvidando que aquello ya no sonaba tan bien como cuando era humana.

— Lo es. — dijo Jasper, entendiendo que me había sentido un tanto apenada por mi comentario. — lo manda Aro.

— ¿Tu... ustedes, ya comieron? — pregunté.

CUARTO CRECIENTE ━ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora