C A P Í T U L O | O4

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ALINA POV

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ALINA POV

Era de madrugada cuando Elsie y yo viajamos desde Seattle a Forks. Aunque no tenía ni una semana que habíamos viajado de más lejos, solo para que mi amiga fuera rechazada por el hospital de sus sueños, donde se supone pasaría los tres años siguientes que corresponden a su internado como médico, sinceramente creía que toda esa alegría y entusiasmo por llegar a nuestro destino era falso, creo que estaba decepcionada de no haber encontrado un cupo. Lo que la había llevado hasta acá, donde una vieja amiga de su madre que trabajaba en el hospital le había dicho que la aceptarían sin dudar, porque necesitaban algo de ayuda. Elsie no estaba para negarse puesto que no estaba en discusión que se atrasara con su carrera que tan bien la había sacado adelante, siendo la mejor de la clase e ir tan avanzada para sus veinticuatro años. Estaba orgullosa de mi amiga.

Por otro lado, yo era siete años menor que ella y aunque ella con todo y su cerebro inteligente era una inspiración, yo no tenía claro hacía donde iba mi vida, pero hacía unos años había dejado de importar demasiado. Me gustaba estar relajada, ser buena onda con las personas, pero a la vez no dejar de mostrarme ruda e indestructible, la que había sido mi nueva fachada los últimos dos años, después de los trágicos sucesos del fallecimiento de mi familia. Mis padres y mi hermano pequeño, había perdido la vida en un accidente de auto, cuando regresaban de viaje en aquella noche tan lluviosa, a veces me siento terrible por no haber ido con ellas y preferido quedarme en casa leyendo, quizá así me podría ahorrar el amargo dolor diario que su recuerdo me provocaba. Para entonces me quedé huérfana y aquello implicaba ir a un orfanato a falta de familiares que se quisieran hacer cargo de mí, así que hui y fui a parar a casa de Elsie, donde me escondo desde entonces, hasta que cumpla dieciocho y sea libre por fin.

Después de casi seis horas de viaje, llegamos a nuestra nueva casa por lo menos por los siguientes tres años, más o menos. A primera vista no era tan malo, era una casita pequeña y bonita, pintada de un azul bebé por fuera, tenía una bonita terraza, dos ventanas que supuse eran de las habitaciones y dos más abajo, que daban a la sala y la cocina /comedor. Entramos con algunas maletas encima, los primeros pasos, las maderas nos recibieron con un crujido bajo nuestros pies, lo cual nos causo un poco de gracia. Hicimos limpieza, ella se dedicó a la cocina y yo a la mini sala, después seguimos con nuestras habitaciones.

Me gustaba lo simple, así que solo le extendí una sábana blanca y un cobertor gris claro encima, una mini lámpara de luz led y la fotografía de mi familia sobre el mini buró que había a un costado de la cama.

Estaba tan perdida extrañando a mi familia, que no me había percatado de que la noche había caído y tampoco había escuchado cuando Elsie tocó a la puerta de mi habitación, hasta que básicamente gritó mi nombre para sacarme de mis pensamientos.

— ¿Todo bien? — dijo mientras me miraba preocupada.

— Todo bien. — me puse de pie de un salto. — ¿haremos algo? — dije animada.

CUARTO CRECIENTE ━ Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora