Sombra Roja (Trilogía Fantasma libro 2)

Capítulo 9

La música era tan ensordecedora que Elegante escuchaba el crescendo de los chelos en todo el corazón. Estaba almorzando una fina pasta, y siempre le gustaba acompañar sus comidas con el sonido estridente de una orquesta energética.

Lo hacía sentir que estaba en una especie de batalla épica, que él era el gigante que pisaba el mundo de los hombres.

A su alrededor sus guardias personales y uno que otro informante comían alejados de él mientras jugaban cartas. La música estaba tan fuerte que no importaba que tanto ruido hicieran en su juego, Elegante no sería capaz de escucharlos sentado en el centro de la habitación, y hacía le gustaba. Por eso sintió amargo el queso derritiéndose en su boca cuando alguien bajo el volumen.

Elegante no dejo de comer, pero ellos dejaron de jugar mientras un informante caminaba y se paraba frente a Elegante, tan nervioso que su frente sudaba.

_Señor cuatro de los nuestros_ dijo el informante.

_ ¡¿Qué?!_ espeto Elegante limpiando la comisura de sus labios con un pañuelo de tela fina.

_Cuatro de los nuestros incluyendo Cortacuchillos. Fueron a buscar a Joana para traerla, pero están muertos, la policía inicio la investigación, fueron disparos de largo alcance.

Elegante le dio un sorbo a su vino tratando de tragarse las palabras de su informante.

_ ¿Cuánto tiempo tiene que salió Joana? ¿Dos, Tres días?_ pregunto a todos en la habitación.

Nadie se atrevió a responder.

_Esa chica dio mucha información a la policía, la mitad de las mafias tienen precio por su cabeza y la otra mitad aún siente suficiente respeto por su reputación como para no meterse con ella_ continuo Elegante _Y me estás diciendo que Joana en unos tres putos días consiguió el apoyo de; por lo visto es un francotirador ¿Eso me estas queriendo decir?

Elegante miro al informante con toda la ira que quería tirarle a Joana. Cortacuchillos no era inteligente, para Elegante era más parecido a un perro domesticado que a una persona, pero la lealtad y obediencia eran difíciles de conseguir.

Quería imprimir el diseños de sus anillos de plata en el rostro de Joana, de todas formas la necesitaba viva, no bonita.

_Sí Señor..._ murmuro el informante.

_ ¡Mierda!_ espeto Elegante tirando su pañuelo a la mesa.

Su almuerzo se había arruinado.

_Ves cómo me enojo, mi vocabulario se está volviendo insufriblemente grosero ¿Por qué nadie en esta puta habitación es suficientemente listo como para traerme a una chica?_ aventuro Elegante _ ¡¿Quién mierda está apoyando a Joana?!

Elegante volvió su atención a la comida, el único sonido en la habitación era el de sus cubiertos contra el plato. Todos estaban tan quietos que Elegante pensó que todos querían fundirse con la pared y desaparecer.

_ ¡¿Se van a mover a investigar o les tengo que meter un tiro a todos?!_ espeto Elegante.

Él no quería calma, ni que desaparecieran, él quería respuestas y las quería antes de que terminara el día.

Todos comenzaron a moverse alrededor, a investigar en las redes, a salir y preguntar en las calles.

_Mis modales, mis modales, odio cuando me hacen perder mis modales_ murmuro Elegante para sí mismo.

***

Let volvía una y otra vez sobre las palabras del libro, los nombres de las arterias se mezclaban en su mente con tanta facilidad que se sentía ridículamente estúpida.