Capítulo 23

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Joana veía la fachada de la casa, parecía tan común que le había costado encontrarla. Aquella noche le prometió a Let que iría a la Colmena, pero Joana estaba segura que en cuanto pisará el piso le ajustarían la tobillera, y tenía un último lugar a donde ir antes de renunciar al espejismo de libertad que tenía.

Elegante le había dejado un mensaje fuerte y claro de camino a la Colmena, era un pedazo irregular de metal en medio de la carretera. Joana reconoció la pintura, negro mate con destellos blancos tan diminutos que solo aparecían bajo la luz correcta, ella misma había personalizado esa pintura para su motocicleta y su auto, ambas las había comprado con el dinero del trabajo de Fantasma y ambas las había perdido.

Ahora sabía que en su ausencia Elegante expandió su territorio y absorbió a mucha gente que en el pasado trabajó con ella.

Comenzó a caminar hacia la puerta del garaje de la casa y tocó el metal dos veces.

Espero varios minutos pero en cuanto la puerta se deslizó se encontró de frente con la mirada sorpresiva de Choque.

_ ¿No me esperabas?_ aventuro Joana aunque eso le parecía poco probable.

Choque seguía tal cual Joana lo recordaba, era posiblemente la única persona de su pasado que lucía como si hubiese estado atorado en el tiempo, incluso podía asegurar que las manchas de grasa sobre su camiseta estaban en los mismos lugares.

_Esperaba que fueses lo suficientemente lista como para no venir_ refunfuño Choque.

Él la dejo pasar tras un gruñido exasperado.

Su trato tosco se sintió como un alivio para Joana y le reafirmaba más la idea de que Choque seguía siendo igual a pesar de todo.

_Supongo que no soy tan lista.

Joana miro el garaje. Está grande y equipado.

Choque había remodelado su casa, al ampliar el garaje deshaciéndose del comedor, la sala y parte de la cocina. Había cuatro coches en un estado impecable. Tan reluciente que cuando Joana los tocó su huella quedó como una mancha molesta.

_ ¡¿Qué te he dicho de tocar mis autos niña?!_ Choque la empujó hacia un lado y Joana comenzó a internarse más en el garaje _Y ni creas que te he perdonado por tu Cobra. Hubiese sido justicia para el auto si hubieses muerto en el accidente.

Joana miro el fondo del garaje; la zona más oscura. Choque había tenido la amabilidad de cubrirlo con una lona.

Él solo tenía amabilidad para cualquier cosa que tuviese motor. Joana quitó la lona y escucho el gruñido de Choque tras ella.

Su Cobra, el primer y único auto que había tenido era una masa amorfa de metal y partes rotas.

Recordó cuando provocó el accidente. Salto del auto antes de estrellarlo. El impacto fue tan fuerte que el auto dio un giro en el aire. Había hecho eso por una única razón, ir al hospital y hacía dar tiempo para contactar a su abogada.

Sombra Roja (Trilogía Fantasma libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora