Capítulo 16

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Elegante pensaba que las fotos no le hacían justicia a su cabello. El foco lograba que el rojo no fuese tan intenso y convertían sus labios una línea pálida sobre su cara.

Había demasiadas fotos de ella como para verlas todas rápido. Elegante se tomó su tiempo mientras sus labios saboreaban esporádicamente el vino de su copa.

La primera vez que había visto a Scarlet Gabriel era una niña asustada en el suelo. Y aun así su cabello rojo era como un espejismo de esperanza. A Elegante le gustaba el color rojo, era atravieso, intrépido, era el color de la vida y la muerte.

En las fotos ya no parecía una niña asustada, lucía como cualquier chica estudiando y que sentía que su futuro dependía de un montón de exámenes.

En algunas fotos salía Olivia, se encontraban pero nunca se saludaban. Elegante en el pasado había intentado jugar con Olivia para tener algo de Joana. Pero con el tiempo Olivia se volvió demasiado inteligente para el beneficio de Elegante.

Let aún no le parecía tan inteligente.

_ ¿Elegante?

_ ¿Qué? _ espeto él.

Estaba cansado de que siempre interrumpían sus momentos de mayor tranquilidad.

_Tenemos...

El hombre no encontraba las palabras apropiadas.

_Solo dilo_ lo interrumpió sin despegar la mirada de las fotos de Let.

La chica era más agradable de ver qué cualquiera de sus hombres.

_Un hombre salió de prisión hace dos días, se llama Paolo. Está tratando de contactarlo, trabajo con Joana y la odia, y quiere ayudarlo.

Elegante dio otro sorbo pequeño a su vino. El sabor amargo lo deleitó lo suficiente como para no enfurecerse.

Elegante no odiaba a Joana, la necesitaba con la misma urgencia que necesitaba una nueva chaqueta Versace.

_Dile que si quiere hablar conmigo tiene que secuestrar a La chica roja, que si la mata no hay trato, pero has que suene como si fuese un rumor, no una orden_ vocifero Elegante esperando que volviera a dejarlo solo.

Pero su acompañante seguía allí, de pie, con el semblante pálido y la mirada fija en los zapatos de cuero rojo de Elegante.

_Termina de hablar y vete_ vocifero Elegante.

Al hombre no le agradaba Elegante, le tenía miedo. Pero también le debía la seguridad y la vida de su familia.

_Joana pasó una noche en el edificio de La chica roja. Cuando salió la seguimos, llegó a unos edificios extraños a las afueras de la ciudad.

Eso es más interesante, pensó Elegante.

_Parece que vive allí. No nos vio estaba distraída_ continúo el hombre.

Elegante sonrió. Joana jamás se distraía.

_Que los chicos que la siguieron vengan_ ordenó Elegante.

Al fin, pensó él, justo cuando las luces de su oficina se pagaron todas de golpe.

***

_Puse mi carrera en juego por ti. Porque creía que tu conocimiento de Fantasma haría la diferencia.

Carlos miraba a Joana a través del escritorio del Doctor Marco. Él les había cedido el espacio, para que luego del descomunal regaño de Carlos, el Doctor Marco comenzara su sesión.

_Si no te gusta mi forma de ayudar entonces no la hubieses pedido.

_ ¿Tú forma de ayudar? Alteraste tu tobillera, vas a buscar a tu novia cuántas veces se te antoja, le contaste todo a ella y a tu amiga y no estamos más cerca de saber ¿quién es Fantasma? de lo que estábamos antes de que llegaras.

Joana suspiro exasperada. Desde que murieron sus padres no había conocido ningún adulto que no intentará usarla. Incluso Nana se había aprovechado de su insistencia por leer libros para no sentirse sola.

_Disculpa que aún no haya hecho ningún milagro_ bufó Joana.

Le gustaba la adrenalina, la emoción de jugar y ganar, pero no le gustaba que la trataran como una navaja suiza.

_Resuelve los problemas Joana, o volverás a la cárcel, y pospondré tu visita a tu hermano una semana, sigue jugando con esto y la pospondré un mes.

Joana se levantó de golpe. No dijo nada, no hizo nada, tampoco le importo su sesión, simplemente camino a paso de plomo hacia la oficina del equipo. Había sido una noche larga, habían dormido poco y Joana necesitaba dejar las cosas claras en ese momento.

Ella entro como un tornado oscuro a la habitación. Cada uno de ellos estaba sentado en sus respectivos escritorios. Joana no espero ninguna pregunta, ninguna reacción de parte de nadie.

_Jake busca a Olivia que te lleve con el profesor de simbología, pregúntale por el número 12. Más te vale que crea que eres un estudiante más. Ariadna, quiero todo lo referente sobre el apagón de anoche. Xavier ven conmigo_ ordeno Joana saliendo con el mismo ímpetu con el que había entrado.

Xavier suspiro exasperado. Estaba cansado y lo único que quería era que le dejaran dormir más de 4 horas.

Siguió a Joana. Ella lo llevo hasta las escaleras, y se detuvo.

Joana levanto el rostro para mirarlo a la cara. Xavier era enorme, tan grande que era imposible no escucharlo venir.

Pero ella había vivido parte de su vida haciéndose respetar por hombres tan grandes como él.

No lo peso mucho, sabía que en cuanto hiciera el primer movimiento Xavier respondería rápido y con fuerza.

_No me importa lo que creas de mí, pero si vuelves a decir algo que me impida ver a mi hermano, un moretón será el menor de tus problemas.

Joana no espero ninguna respuesta de Xavier. Se estiro lo mejor que pudo, levanto el brazo a toda su longitud e hizo girar la cara de Xavier de un solo golpe.

Sus nudillos le ardieron de dolor, sentía que había roto su propia mano.

Xavier salió rápido de la impresión y  se abalanzo sobre Joana. Ella forcejeo, sentía que estaba tratando de mover una pared. Intento dar patadas y Xavier la tiro al suelo, colocándose sobre ella y sujetándola con fuerza.

Estaba enojado, pero no la quería golpear, aunque tampoco quería dejar que lo golpeara.

Joana dejo de moverse, el dolía el golpe que se había dado contra el suelo y sentía que le ardía la reciente cicatriz de su cuello. Ella se quedó tan quieta que si no fuese por sus ojos abiertos Xavier pensaría que estaba dormida.

Ambas miradas se encontraron. Joana estaba inquietantemente tranquila y la respiración de Xavier era apresurada.

Xavier se sintió perturbado. Era él quien tenía a Joana sujeta del cuello, quien estaba arriba, la había dominado, y aun así sentía que Joana había ganado.

Sombra Roja (Trilogía Fantasma libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora