Sombra Roja (Trilogía Fantasma libro 2)

Capítulo 28

Olivia miraba su cabello gotear sobre el piso claro. Aún podía sentir la espesura del agua del río. La corriente tirándola hacia el fondo. A Olivia le gustaba el agua, le gustaba nadar, nadaba desde el justo momento que había empezado a caminar.

De niña solía querer convertirse en una sirena para nadar más y más rápido, y mientras más profunda era el agua mejor para ella. Pero jamás había estado en un río que intentara tragársela, a cada brazada que daba el agua envolvía sus músculos con tanta fuerza que Olivia sentía que le sacarían los brazos.

Cuando se lanzó tras Joana no había esperado la violencia con la que la recibió el agua, le costó tiempo encontrar el ritmo, y le costó aún más tiempo encontrar a Joana.

Sus ojos oscuros se cerraron de golpe con el recuerdo. La piel había adquirido un extraño azul, como si aún no se hubiese dado cuenta de que estaba muerta.

Olivia lanzó un suspiro ahogado, como si se estuviera empujando así misma fuera del recuerdo. Se encontró de frente con un espeso cabello negro, se confundió por un segundo antes de darse cuenta de que era Osiris.

Él le acariciaba el dorso de la mano y acomodaba con delicadeza la toalla sobre sus hombros.

_Todo estará bien_ le murmuro.

Olivia asintió, ella sentía que nada estaría bien.

Escuchaba la voz de Let y la de Carlos, el resto simplemente se mantenía en silencio.

_Joana no tenía autoridad para decirles nada, ni siquiera deberían de estar aquí. Y lo que paso hoy fue un incidente.

_ ¿Incidente?_ bufo Let.

Olivia la miraba ir de un lado a otro. Tiraba de su cabello como si quisiese arrancárselo, era una versión más errática que la linda y perfecta Scarlet que Olivia había visto siempre.

_ ¡Ella murió!_ chillo Let _Y Harry está en el hospital. Me parece que el pequeño incidente hizo que todo se te fuera de las manos.

_ ¿Quién te crees que eres?_ espeto Carlos _Solo eres una niña que se cree especial porque logro tener de novia a alguien atractiva.

Let lo miro, alto y delgado como un lápiz, de pronto Carlos ya no parecía tan importante como aparentaba.

_Está equivocado. A Joana van a dejar de usarla, ella es una persona no un juguete, y en lo que a mí respecta hasta usted puede ser Fantasma. Cualquiera en esta sala podría ser.

Las palabras de Let quedaron en el aire.

Ariadna, Xavier, Osiris, Carlos y Let se miraron como si jamás se hubiesen visto en sus vidas.

***

Joana respiraba con una calma ensordecedora. El Doctor Marco apenas era capaz de entender todo el esfuerzo que hacía Joana para mantener la apariencia de calma.

_Tu hermano se recuperará, en uno días estará otra vez en casa. Imagino que te gustaría visitarlo.

Joana suspiro. Pensar en Harry la agobiaba y lo único que hacía en ese momento era pensar en Harry.

_Termine de hablar y váyase. Tengo muchas cosas que hacer.

Joana se reincorporo sobre su cama, le costó más trabajo de lo que mostraba. Sentía cada músculo del cuerpo agarrotado. Aún podía sentir la sensación fantasmal del agua revolcándola.

_Caroline murió solo hace unas horas, y tú estuviste a punto de morir. Además tuviste otro ataque de pánico cuando Olivia te saco del agua y viste el cuerpo de Caroline.

_Discúlpame por no ser la imagen de la calma, cuando casi muero.

Joana tenía finja la imagen de Caroline, los rescatista no tardaron mucho en sacarla. Lo había hecho antes de que llegara a la boca del río. No lucía para nada hermosa, era como cualquier otro cadáver.

_Puedes tener una mente prodigiosa, pero tienes problemas emocionales muy difíciles. Tienes que hacer lo que creas conveniente para cerrar capítulos. Perdiste a un hermano, no a un desconocido, y hoy estuviste a punto de perder a otro.

Por cada ataque de pánico que tenía Patrick ensangrentado aparecía. Joana sabía que era su mente llevándola al límite, podía reconocerlo incluso mientras lo veía. Solo quería que dejara de sucederle, aunque prefería encontrar la solución sola.

_ ¿Y qué se supones que tengo que hacer?_ pregunto Joana.

_Lo que creas conveniente_ respondió el Doctor Marco.

_ ¿No se supone que usted me dé las respuestas?_ aventuro desconcertada Joana. Le parecía palabras muy básicas para alguien que le faltaba paredes para colgar diplomas.

_No puedo darte algo que ya tienes_ respondió el Doctor Marco yendo a la puerta de la habitación de Joana _Tus amigas aún están aquí ¿Quieres que las deje pasar?

El Doctor Marco sabía que no era el momento de destapar el hermetismo de Joana.

A Joana no le sorprendió que se mantuviesen allí, pero le sorprendía que las hubiesen dejado quedarse.

Ella solo asintió, apenas un movimiento sutil.

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Arriba lustración de Cory