_ ¿Por qué tarda tanto?_ Let movía su pie con impaciencia.
_Supongo que salir de prisión implica mucho papeleo.
Let se apartó el cabello del rostro. Los mechones cortos solían enredarse en sus pestañas rojizas.
_Estamos aquí desde hace una hora ¿Acaso escriben su testamento?
Olivia miro a Scarlet. Desde que Derek se fue, solo pudo apoyarse en dos personas para no desmoronarse cada vez que terminaba de visitar a Joana, y eran Nana y Scarlet.
Joana le había prohibido volver a hablar con Choque, pero hubiese preferido mil veces apoyarse en un modificador clandestino de autos que en la pelirroja a su lado.
Durante ese año Olivia había aprendido que Scarlet era una chica curiosa y luminosa que parecía demasiado alegre, ilusa y perfecta. Eso le había dejado a Joana una sensación de que el mundo podía ser feliz. Pero a Olivia lo que le dejaba era una profunda desconfianza que se mezclaba con molestia al saber que Scarlet no amaba a Joana, sino que amaba la sensación de protección que su amiga le daba.
_ ¿Le vas a decir?_ pregunto Olivia.
_ ¿Eso te gustaría verdad?_ La voz de Scarlet se había escuchado cínica.
_No te debo explicaciones.
_Yo tampoco te las debo a ti.
Olivia sonrió, era una sonrisa petulante y sarcástica.
_Joana merece algo mejor que tú_ aseguro Olivia.
Let no tuvo moral para responder. Trato de no mirar el suelo avergonzada y se esforzó por mantener el rostro arriba.
Y justo cuando iba a bajarla, la puerta de la cárcel se abrió.
Joana entrecerró los ojos por el sol, era mediodía y hacía un año que no estaba afuera un mediodía.
Sus pantalones negros le quedaban algo grandes. Había perdido peso.
Let la miro caminar hacia ellas. Su piel se mantenía suave, las ondas de su cabello negro, brillantes. Let la visitaba con regularidad, pero había algo en el traje naranja que le había quitado parte de la belleza y que ahora era devuelta por el sol y su ropa negra.
El corazón de Let latía con fuerza a cada paso que Joana daba. Había sido solo un año. Pero fue un año lento.
La emoción le hizo difícil mover sus pies. Quería ir, correr y abrazarla y asegurarse de que era real. Pero Let no logro moverse antes que Olivia.
La nadadora corrió a abrazar a Joana.
Joana recibió el abrazo con las mismas fuerzas. Era la primera vez en un año que sentía un abrazo.
Su amiga estaba igual de alta que siempre, igual de fuerte que siempre. Olivia llevaba su vida como un atleta, como la campeona que era y Joana jamás se había sentido tan débil y pequeña como en ese momento.
_Que bueno que ya estás afuera. Enviarte textos es más divertido que enviarte cartas ¿Que te paso en el cuello?_ Olivia vio el vendaje.
Alguien se había esforzado en matizar la cinta con su tono de piel.
_Un recuerdo_ se limitó a responder Joana.
Let sintió que su cuerpo comenzó a responderle y se acercó con cautela.
Se sentía como siempre cada vez que Joana y Olivia estaban juntas, como una intrusa.
_ ¿Joana?_ su voz fue apenas un susurro.
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Sombra Roja (Trilogía Fantasma libro 2)
Ficción GeneralJoana Valera piensa que ha alcanzado su libertad y que su más grande desafío es recuperar a Let, pero su peligroso pasado la absorbe y sus antiguos rivales regresan, para mostrarle que todo lo que creía era una mentira. Ella tendrá que trabajar en e...