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Querida Ririka.
Desde hace un tiempo, fui esa molesta vecina que tú no podías soportar, lo siento. Tengo que admitir que yo deseaba ver tu felicidad, ya que yo no tenía una propia. He estado de ésta manera durante tanto tiempo como puedo recordar.
Mis intentos de mantenerte feliz salieron como si quisiera ser molesta, pero te puedo asegurar que no es el caso.Nunca he sido feliz conmigo misma y siempre he tenido problemas con mi autoestima. He estado deprimida antes, he intentado suicidarme antes, y por su puesto, me he cortado antes.
Pero al conocerte, traté de alejar esos demonios y asegurarme de que no tengas ninguno de ellos.Me voy dejando esta nota aquí, en tu mesita de noche, donde puedes encontrarla cuando te despiertes, porque no voy a estar en tu cama, contigo.
Debe ser lo único que queda de mí, que tú tendrás. Me voy de Tokyo para volver a mi ciudad natal, así puedo seguir luchando contra mis demonios. Probablemente no voy a volver. Es por ti, que me he hecho un poco más fuerte, aunque no lo creas...
Me gustas y mucho.
He intentado ser tu sol, y espero que lo hayas notado.
Sinceramente, tu molesta vecina.
Adiós.
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