¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¡Hey, Ririka!
—Cállate. — Dijo esperando que Saotome dejase de hablar.
No pudo conciliar el sueño la noche anterior y despertó con un gran dolor de cabeza. Ella sólo quería tomar su café y esperaba tener algo de su trabajo terminado, tal vez podría llamar a su madre. Era miércoles y lo que más quería era escapar de la cara de la rubia. Pero ella sabía que nunca la dejaría alejarse tan fácilmente.
—Hermoso día hoy, ¡Está soleado otra vez! ¿Tienes algo planeado, algo divertido?— Preguntó Saotome curiosamente, sonriendo a su vecina que obviamente no estaba interesada.
—Sí, tengo planes.
—¿Y cuáles son?
—Planeo estar tan lejos de ti a como sea posible, adiós. — Dijo volviendo adentro de su departamento. Ella podría jurar que vió un destello de tristeza en los ojos de la menor desde su lugar, pero la ignoró y continuó bebiendo su café.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
