Cinco | Una sobredosis y una Mary.

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La luz blanca del techo le molestaba, le cegaba

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La luz blanca del techo le molestaba, le cegaba. La vía intravenosa le hacia mucha presión en su brazo y estaba apunto de partirse la cabeza del gran dolor que tenía.

La puerta se abrió haciendo un estruendoso sonido asustandola.

–¡¿Sobredosis?!– Gritó Kirari botando su bolso con fuerzas al suelo. –¡¿Por qué mierdas estás ingresada por sobredosis?!– Preguntó furiosa.

Sayaka entró tiempo después saludando y dándole un beso en la frente descubierta de Ririka.

-Amor, creo que lo que menos necesita ahora son tus gritos, sal y respira. – Ordenó tomando a la gemela menor de los hombros.

Cuando cerró la puerta, la azabache se acercó a la cama, sentándose.

Repasó silenciosamente el rostro apagado de la albina; estaba pálida, sus labios estaban partidos y su ceño fruncido.

–¿Tanto dolor tienes, Ririka?– Preguntó cautelosa. –¿Por qué no hablaste con Saotome la semana pasada? Ella está dolida, Riri. Tenía problemas con su autoestima.

–Me dejó, huyó y me dejó. – Susurró llorando. -Y cuando me vio, huí. Tuve un gran ataque de ansiedad. – Volvió a decir después de mucho tiempo. –S-sin ella no puedo, Sayaka. – Lloró desconsoladamente.

–Habla con ella. – Propuso. –Está muy bonita. Dice que se puso un nuevo tinte brillante porque siempre quiso ser el sol para ti.

Esa tarde se la habían pasado hablando del gran cambio de personalidad y de físico de Saotome.

Ririka deseaba volver a verla y volver a besarla.

Ririka deseaba volver a verla y volver a besarla

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✧ 𝙨𝙪𝙣𝙣𝙮 𝙙𝙖𝙮𝙨 ; 𝘮𝘦𝘢𝘳𝘪𝘳𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora