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Cuando el Sr. Roberts terminó, tendió una pluma.

Mis padres me habían explicado esta parte, el “consentimiento informado”; Horizontes lo requería. Y no me importaba la idea en lo abstracto, pero sentado aquí en este lugar extraño, en esta silla dura mirando esa pluma, dudé. Después de unos pocos segundos incómodos, me obligué a tomarla y firmé.

–Bueno –dijo el Sr. Roberts, aplaudiendo con sus manos–, ahora que esto está arreglado, te he organizado un tour con Phoebe Reynard, una estudiante en Horizontes. Sí –dijo, asintiendo con la cabeza significativamente–, todo el mundo es estudiante aquí. Un estudiante de la vida.

Oh, Dios.

–A cada uno de ustedes se les asigna un amigo, y Phoebe será la tuya. Eso significa que será tu compañera para la mayoría de tus ejercicios. No es tan diferente de una escuela normal, ¿no?

Seguro.

–Ella debería estar aquí en cualquier momento. Mientras tanto, ¿trajiste un bolso contigo hoy?

La tenía, de hecho. Cargaba mi mochila conmigo por costumbre, a pesar de que esto definitivamente no era la escuela. Asentí con la cabeza al Sr. Roberts.

–¿Puedo verla?

Se la entregué.

Vas a tener que ser revisado cada vez que entres por la puerta principal. Todo lo que traes en ella tiene que ser catalogado, y el contrabando removido.

–Contrabando como…

–Drogas, alcohol, cigarrillos, teléfonos celulares, computadores portátiles. No prohibimos los reproductores de música siempre y cuando no tengan acceso a internet. Así que tu iPod –dijo, asintiendo a los auriculares colgando del bolsillo de mi sudadera–, debería estar bien. Tomaré tu mochila chequeada y me aseguraré de que la tengas de regreso lo más pronto posible –dijo con una sonrisa de oreja a oreja –¿Tienes algo más en tus bolsillos?

Traté fuertemente de no suspirar. –No hay nada en los bolsillos.

–Oh –dijo. –Bueno, entonces no te importará vaciarlos.

No era una petición. Vacié los bolsillos para encontrar algunas monedas, un paquete de azúcar, un recibo, y por supuesto, mi iPod. –Eso es todo –dije con un encogimiento de hombros.

–¡Grandioso! –Indicó que podría tomarlo todo de vuelta.

Justo cuando terminaba, una chica con lacio y teñido cabello negro se asomó por la puerta. –¿Sr.Roberts?

–Ah, Phoebe, conoce a Zhan, tu nuevo compañero.

La chica me miró con recelo, con sus ojos hundidos en su ancha cara de luna. Tenía una respingada nariz que no se hallaba a la altura del resto de sus facciones.

Después de inspeccionarme durante lo que pareció una hora, Phoebe extendió  su mano, hice lo mismo con la mía, ella la tomó y le dio un flojo apretón, sudoroso, luego la dejó caer como si estuviera en llamas.

Los ojos de Phoebe se alzaron otra vez hacia el Sr.Roberts.

–Está bien, ustedes dos vayan a fuera –dijo–, mientras yo hablo con tus padres un rato –me miró–, y les presento algunos de los empleados. –Luego se dirigió a la chica– Phoebe, sabes que hacer.

Ella asintió, luego salió sin decir palabra. Les di a mis padres un pulgar hacia arriba y luego seguí a Phoebe fuera.

Me condujo por un pasillo diferente, escasamente decorado con irónicos carteles de motivación. Me quedé esperando a que dijera algo al pasar por las diferentes participaciones en el espacio, pero nunca lo hizo. Un tour impresionante.

EVOLUCIÓN • [YIZHAN | SEGUNDA PARTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora