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Ella retiró el dinero de su bolsillo y me lo ofreció. –No puedo tomar esto de ti, y no puedes decirle lo que dije.

–Eso es conveniente –murmuré para mis adentros.

–Si lo dejas, díselo –dijo con un encogimiento de hombros–, por todos los medios. Pero sólo si lo dejas ir. Si lo sabe y ambos permanecen juntos, sellará su destino. –Hizo un gesto hacia la puerta.

No me moví. –¿Eso es todo?

–No te puedo ayudar más –dijo.

Mis fosas nasales se dilataron. –No ayuda en absoluto –mi voz era aguda, pero luego se adelgazo– ¿No hay algo que pueda hacer?

Cruzó el pequeño espacio y se paró en la puerta. –Sí. Hay algo que puedes hacer. Puedes dejar que se vaya. Si realmente lo amas, lo dejarás ir.

Mi garganta se apretó mientras la miraba. Entonces salí de la tienda.

Yibo esperaba afuera e igualó mi ritmo cuando pisoteé por el camino de tierra.

–¿Malas noticias? –preguntó, claramente divertido.

Me sequé los ojos con el dorso de la mano y seguí caminando.

–Espera –dijo, tomando mi mano y girándome alrededor– ¿Estás llorando?

Me aparté. –No.

–Detente –dijo, y se paró en el camino. Me apresuré y aumenté mi ritmo a un trote. Antes de darme cuenta, corría.

Nos encontrábamos casi de vuelta en el Salón de los Espejos cuando él me alcanzó. Sentí una mano en mi hombro y me dio la vuelta.

–Zhan –dijo en voz baja– ¿Por qué huyes de mí?

Y eso me desarmó. Las lágrimas llegaron más rápido de lo que podía borrarlas. Él tomó mi mano y me llevó detrás de uno de los puestos de juegos, entonces me envolvió en sus brazos. Acarició mi pelo.

–¿Qué te dijo?

–No puedo decirte –dije entre sollozos.

–Pero es la razón por la que estás llorando, ¿no?

Asentí con la cabeza sobre su hombro, en su camisa suave. Se sentía tan firme bajo mi mejilla. No quería dejarlo ir.

Pero Yibo dio un paso hacia atrás ligeramente, alejándose, y tomó mi cara con su mano. –Esto va a sonar cruel, pero no lo digo de esa manera.

–Sólo dilo. –Sorbí por la nariz.

–Eres crédulo, Zhan –dijo en voz baja, y su voz era amable. –Un blanco fácil. Hace unas semanas fue la hipnosis y la santería. Ahora es la posesión y el tarot.

–No hizo una lectura del tarot.

Él suspiró y bajó la cabeza. —No importa lo que hizo. Lo que importa es lo que tú crees. Y eres muy sugestionable, escuchas algo sin pensar y de repente crees que es una explicación global.

Lo fulminé con la mirada, pero no había tensión detrás de él. –Por lo menos estoy tratando de encontrar una.

Sus ojos se cerraron. –He tratado de encontrar una por años, Zhan. No me ha llevado a ningún lugar. Mira –dijo mientras abría los ojos, tomó mi mano y entrelazó sus largos dedos con los míos. –Vamos a ir directamente a ella y voy a duplicar su dinero para que admita la verdad y te dirá que hizo todo el asunto para poner un buen espectáculo. No voy a dejar que ningún estafador te moleste de esta manera.

–No tomo mi dinero –dije en voz baja. –No tenía nada que ganar mintiendo.

–Uno nunca sabe lo mucho que la otra persona tiene para ganar o perder. –Me llevó de vuelta al camino. –Vamos.

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⏰ Última actualización: Dec 04, 2020 ⏰

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EVOLUCIÓN • [YIZHAN | SEGUNDA PARTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora