𝖫𝗈𝗇𝖽𝗈𝗇||Hero Fiennes-Tiffin [𝗖𝗼𝗿𝗿𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗱𝗲 𝗲𝗿𝗿𝗼𝗿𝗲𝘀]

||Parte 62||

—No puedo creer que ya te vas—Digo poniendo cara triste y rozando la punta de mi nariz con su suave mejilla.

Ya han pasado los días y hoy es el día en el que mi chico se larga.

—Yo tampoco—deja un beso en mi coronilla—Pero volveré pronto.

—Cuando vuelvas, mis padres ya habrán llegado—Hace poco recibí un mensaje de mi padre que decía que vendrían a verme dentro de cinco días y para mala suerte Hero vendrá un día antes de navidad, por lo que tendré que estar seis días con ellos.

Intente detenerlos y que no vinieran este año, pero se resistieron y compraron todo.

—Llegaré para salvar tu culo, no te preocupes—sonríe, como de costumbre y palmea uno de mis glúteos.

Me gusta cuando lo hace.

—Solo esperare tu llegada—Seguimos mimoseando sobre la cama.

Lo bueno es que como solemos trabajar por la mañana, la tarde la tenemos desocupada siempre. Y hoy es un día horrible, hace un par de minutos se largo a llover. Es como si el día se pusiera triste por que Hero se va.

—¿Hacemos otra ronda?—pregunta cuando se distrae acariciando la piel de mi estómago por debajo de la camiseta que me ha prestado.

—Como no—Me incorporo sobre su regazo para alcanzar a besar sus labios.

Las horas y los minutos pasaron, y llego el peor momento.

—¿Seguro que tienes todo?—Él me mira sin inmutarse y sin mover ni un pie.

—Si, solo es ropa. No hay mucho de que preocuparse.

—¿Podemos llamarnos las noches?

—¿Y por que no todo el día?—río—Te avisaré las horas que esté disponible y trataré de llamarte o de mandarte algún mensaje.

—Genial—aunque no será como hacerlo en la vida real, me conformo.

—No te preocupes—llega a mi lado para abrazarme—Cuando lleguen tus padres avísame. Trata de no enfadarte mucho con ellos. También te deje una llave de mi piso, pásate las veces que quieras y espérame a que llegue el día antes de navidad.

—Está bien—Asiento para besar sus labios por décima vez en los últimos minutos.

—Ya me tengo que ir.

—¿Ya de ya?—no quiero soltarlo, pero debo hacerlo.

¿Como voy a sobrevivir una semana y media sin él?

—Si, debo hacerlo—Acepto dejándolo con mis brazos—Te traeré un regalo. El más bonito.

—No hace falta.

—Da igual, te quiero—besa por última vez mis labios antes de marcharse.

El recorrido a casa pasa aburrido, no recordaba así mi vida antes de él. Repetir lo mismo una y otra vez es tedioso. Tomar el metro, sin él. Sin que me venga a hablar, definitivamente fue muy aburrido.