||Parte 45||

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—Y

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—Y... llegamos—Dice cuando por fin nuestros pies abandonan la acera y nos adentramos al césped del parque. Hoy el sol se asomó y no hay ninguna nube en el cielo que lo tape, los rayos pegan en la cara y no se compara con la anterior vez que vinimos, Londres siempre suele tener un clima bastante cambiante. Nos sentamos en el césped y sacamos las cosas de la bolsa, me extiende el café y la galleta.

No es la mejor opción para almorzar a las dos de la tarde pero aprecio mucho que me haya invitado a salir.

—No hacía falta pagar el café y la galleta. Si solo querías salir conmigo me lo hubieras avisado—él se ríe ante mi estupidez.

—¿No puedo invitarte a tomar algo?

—Tienes razón, la próxima invito yo—sonríe ante lo que acabo de largar.

La próxima vez.

—Está bien—Bebe de su vaso para ocultar su sonrisa. Pero yo lo miro, ¡no puede ocultar su linda sonrisa! Si yo la tuviera estaría sonriendo todo el día.

Me rio por lo que acabo de pensar y él se centra en mi.

—¿De que te ries?—se ve que se contagia y empieza a reír conmigo—Estas de buen humor hoy.

Haber amanecido junto a él hizo que me levantara de buen humor hoy. No hay nada más que explicar.

—Tal vez—Me callo las palabras que tenía en mi cabeza y sonrío, para justificar que estoy contenta.

—Tal vez—murmura repitiendo mi respuesta—Tal vez debería invitarte mas a mi departamento para que estes todos los días así.

Ojalá, pudiera estar todo el día con él.

Si...—no puedo parar de pensar en lo que hicimos anoche.

—¿Has hablado con tu madre?—Vuelve a jugar con los pedacitos de césped que arranco.

—No, creo que estoy asustada. Cuando salí hoy de tu departamento prendí el celular por un minuto y me empezaron a llegar todos sus mensajes y llamadas que me ha hecho furiosa.

—¿Y no le has contestado?—bufa—Estas en problemas—echa una risita pero luego la hace callar.

—Si, pero no quería hablar con ella y que amargara mi día por milésima vez.

—Yo le hablaré a tu madre—suelto una carcajada ante sus ocurrencias.

—Quisiera ver como hablas con la cobra, le atiendes y ya te va a picar con sus largos colmillos—ríe.

—Mejor no—cambia de opinión—¿Te acuerdas que la vez pasada hablamos de nuestros miedos?—Yo asiento—Pues...háblame de tus sueños ahora.¿Cual es tu mayor sueño?—me rio y él solo me observa.

¿Por que es tan tierno?

—No...no tengo un sueño—lo pienso mejor y pienso en todas las cosas que querría que me pasaran, pero realmente no siento que tenga uno.

𝖫𝗈𝗇𝖽𝗈𝗇||Hero Fiennes-Tiffin [𝗖𝗼𝗿𝗿𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗱𝗲 𝗲𝗿𝗿𝗼𝗿𝗲𝘀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora