𝖫𝗈𝗇𝖽𝗈𝗇||Hero Fiennes-Tiffin [𝗖𝗼𝗿𝗿𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗱𝗲 𝗲𝗿𝗿𝗼𝗿𝗲𝘀]

||Parte 6||

Chloe

Viernes / 9:40 am

Ruidos, voces y más ruidos logran despertarme y darme cuenta en que parte del tiempo estoy. Miro hacia mi alrededor y no entiendo nada.

¡¿En qué lugar de mi departamento me encuentro, pero ni siquiera estoy en mi departamento?!

Me levanto e inmediatamente me sujeto la cabeza con ambas manos para aliviar el dolor y poder estabilizar mi cerebro. Pero ni siquiera funciona.

—Resaca del infierno—hago un quejido, mientras me desplazo por aquel cuarto bien decorado y observo todo lo que me rodea, me siento tan mal que abro la puerta y salgo hasta el pasillo.

Allí esta Mercy en el pasillo, la chica de anoche, la amiga de Mía.

—Ehh...—me trabo,¿Que se supone que tengo que decir ahora? ¿Y por que estoy aquí?

—Tranquila, seguro no debes recordar nada—me sonrío. ¿Por que sonríe tanto?—Ayer te quedaste dormida en el sofá del Jon's—Empieza a contar mientras ordena algo en el pasillo—Como tú amiga Maddie se había ido y el otro....tu otro amigo—extiende y se para para pensar.

—¿Tom?—agrego.

—Si, ese!.., como no lo vimos por ningún lado, no sabía que hacer y bueno te he traído aquí ¿Te sientes un poco mejor?—la miro, no comprendo nada, pero verla abrazar esa ropa perfectamente doblada sobre su pecho y haciéndome preguntas de cómo estoy, me hace creer que está siendo la persona mas buena conmigo. Ni mi madre me dice como estoy.

¿Acaba de decir que Tom me dejo?. Maldito inútil.

—La verdad es que no recuerdo nada—Le soy sincera—Pero tranquila siempre me pongo así cuando bebo demasiado, aunque siento que mi cabeza va a explotar ¿Tienes una pastilla o algo?—Cuando pregunto me levanta la mano para que aguarde un minuto y me dice que la acompañe hacia el piso de abajo.

Rebusca entre los cajones de un mueble en el baño y me extiende una plancheta con pastillas—Toma, con esto se te pasará el dolor, o eso espero—La tome y me la trague.

Me costo mucho, pero todo sea por calmar el maldito dolor de cabeza.

—Gracias por todo...Mercy—Sonrío, me parece tan tierna.

—No hay de que, me debes una—Rio agregando.

—Si, de verdad te debo una, aunque tú no tomas mucho.¿No?