Vivir en Londres no es tan fácil, apenas llevar un año y medio aquí, se siente diferente y raro, no en un mal sentido. Sino que apenas se sobre este lugar.
La ciudad de Londres, tan triste y brumosa en invierno, tiene también sus días de esplendor...
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—Que bueno que hayas venido—sonríe, a la vez que yo bebo por sexta vez de mi copa ya casi vacía por segunda vez.
No lo había notado pero no ha parado de observarme en toda la noche, y no es algo que me vuelva incomoda. Ya que le hablo de todos mis temas de conversación de esta noche y el parece recibirlos con mucha atención.
—Si
—Realmente eres la única amiga que tengo—Dice observándome.
—Que, ¿Los demás son todos chicos?
—No, lo digo por que eres la única—Ríe—No tengo amigos, en el trabajo...solo trabajan y se concentran en sus cosas y bueno...no se, toda la vida he sido poco sociable.
—Yo no creo eso—dejo mi copa sobre la mesa—Conmigo has sido muy sociable.
—Si bueno, pero nunca tuve amigos antes.
—Que mal—Ya no se de que hablar, los temas de conversación ya los hemos hablado todos esta noche y no nos queda nada más por soltar.
—Lo único que voy a decir es que eres muy bonita.
—Gracias—Me siento halagada.
—En serio lo digo, de los pocos amigos tú eres diferente y divertida—Suelta otra carcajada inundada de olor a vino.
Se le firman hoyuelos en cada mejilla, y se le achinan los ojos. Se lleva la mano al pelo y se lo peina repetidas veces hasta que logra dejarlo como él quiere.
Sus labios están rojos por el vino y me incito a unirlos con los míos, para probar como se sienten.
Él ni se sorprende y me une más a él con sus manos. Sus labios no son como los de él, ni saben como los de él. Ni siquiera besan tan bien como los de Hero.
¡Hero!
Por un momento me percato de lo que está sucediendo y me separo instantáneamente.
Acabo de besar a un tipo....Bese a otro tipo...
¿¡Pero Chloe en que estabas pensando?!
—Lo siento—Abro mis ojos—Esto no tendría que haber pasado. Tengo novio y no debí hacer esto—Me levanto y me cubro la cabeza cuando el alcohol sube hasta allí.
—No hay problema—parece apenado—No tienes que perdonarte, yo también te seguí el beso sabiendo así que tenías novio.
—Lo siento mucho—No se que más decir y solo me limito a tomar mis cosas y a marcharme urgentemente de allí.
No tardo mucho en llegar al departamento de Hero y en acostarme en la cama.
No puedo creer todavía lo que he hecho.
¿Cómo se lo contaré? ¿Debería hacerlo no? Si se entera sería peor.
Busco mi celular y escribo las palabras pero las borro.