𝖫𝗈𝗇𝖽𝗈𝗇||Hero Fiennes-Tiffin [𝗖𝗼𝗿𝗿𝗲𝗰𝗰𝗶𝗼𝗻 𝗱𝗲 𝗲𝗿𝗿𝗼𝗿𝗲𝘀]

||Parte 63||

Obviamente que la semana se pasa rápida, y demasiado.

Estoy a un día de que lleguen mis queridos padres. Y no puedo estar más emocionada. Si se entiende la ironía.

Pero por ahora estoy sobre el sofá color Morley del edificio de Hero mordiendo algunas de mis uñas y pensando en todo el lío que se me va a armar cuando vea a mi madre después de todo lo que ha ocurrido.

Me dará un azote en el culo, como cuando era pequeña.

Los golpes en la puerta me interrumpen y me tengo que levantar para ver de quien mierda se trata.

¿Quien puede estar visitando a Hero, alguno de sus amigos?

Los golpes duros vuelven a sonar.

—¡Ya voy!—bufo poniéndome de pie sobre el salón.

Miro a través del pestillo antes de abrir y mis ojos se topan con una chica, viste una camiseta demasiado corta y sus pechos son los que predominan y saltan a la costra tras la fina tela.

¿Acaso tiene sostén?

Abro la puerta antes de que pueda aporrearla de nuevo.

¿Quien se cree que es para andar golpeando la puerta como si nada?

—¿Hola, que necesitas?—Trato de descifrar si se trata de algún tipo de vecina del edificio.

—¿Quien eres tú?—Suelta con su voz de pito y con un carácter demasiado particular.

—¿Perdona? ¿Que necesitas, vienes a por algo?

—Si, vengo a por Hero. ¿Donde está él?—sin ningún permiso entra al departamento a observar con sus ojos extremadamente pintarrajeados.

—Eh...no puedes entrar así como si nada. Te voy a pedir que te retires. Él no está aquí.

—¿Como que no está?

—Si, no está. Ahora puedes irte—sigo sosteniendo la puerta con mis manos.

—Tu debes ser la noviesita—Habla cotilla.

—No es asunto tuyo. ¿Quien eres?

—Yo soy Bettany (1), mucho gusto cariño—pone una sonrisa más falsa que su rostro—Ahora si no te molesta voy a esperarlo aquí—dice cotonendo sus caderas hasta el sofá.

—Eh...Me temo que tendrás que irte. Él no está aquí—repito y remarcó mis palabras.

No voy a dejar que esta me controle.

—¿Donde está?

—Fuera del país. A si que ya puedes marcharte—me acerco hacia donde está para poder sacarla del departamento, quiera o no.

—Sabes que él no te quiere—se hace la ruda y sigue sentada sobre el sofá con ambos brazos cruzados bajo su pecho y con esa mirada de superioridad.