Vivir en Londres no es tan fácil, apenas llevar un año y medio aquí, se siente diferente y raro, no en un mal sentido. Sino que apenas se sobre este lugar.
La ciudad de Londres, tan triste y brumosa en invierno, tiene también sus días de esplendor...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Obedezco y la espero sentado allí.
Mercy ya desaparecido de la tienda y no se si preocuparme o no. Seguramente debe estar buscando más ropa. Aclarami subconsciente.
La cortina del probador se abre y de ella sale mi sexi novia con un vestido morado.
—No se... no me gusta—dice mirándose en el espejo de detrás suyo. También mira mi reacción por el espejo.
—Te queda perfecto, no se de que hablas—Admito que estoy babeando ahora mismo—Llévatelo.
—¿En serio te gusta?
—Si, te queda muy bien—Hago que se sonroje.
Es la verdad, le queda perfecto. Como si lo hubieran hecho para ella.
—Está bien. Lo llevaré—Dice con una sonrisa y volviendo a entrar en el probador.
Un par de segundos después sale con las cosas en sus manos.
—Vamos a pagarlo y a buscar a mi hermana—Digo en su oído.
—De hecho creo que solo me llevaré el Jean—Dice dejando el vestido otra vez en su lugar.
Es el único vestido morado que queda, y le queda fabuloso. ¿Está segura que no se lo va a llevar?
—Pensé que te gustaba—Le digo.
—Me gusta, pero no puedo pagarlo—Dice avergonzada y con un poco de pena en su cara.
No me gusta verla así, se veía tan contenta con el vestido puesto que vuelvo al lugar para tomarlo, hay una chica mirando la zona. Solo espero que me deje llevarlo.
—Lo siento me llevo este—Le interrumpo su observación y lo tomo entre mis manos para volver a donde estaba mi chica.
—¿Que haces?—Dice confundida cuando vamos hacia la caja, o más bien cuando la empujo—Te dije que no puedo pagarlo.
Le doy un pequeño beso fuerte antes de dejar el vestido en la caja, para pagarlo con las demás cosas.
—Este lo pagó yo—Le digo a la chica que se encarga de pasar todos los precios a la máquina.
—No tienes que hacerlo. Es muy caro—Me habla Chloe.
—Es un regalo mío, para ti.—sonrío entregándole mi tarjeta a la chica de la caja.
—Hero...—Me advierte.
—¿Que? Te veías feliz y preciosa con el.
Pago a la chica con el el vestido y nos entrega las cosas antes de salir de alli.
—No tenías que..
—Pero te lo mereces. A si que espero que lo uses esta noche.—ella sonríe y me da un pequeño beso en los labios.