Vivir en Londres no es tan fácil, apenas llevar un año y medio aquí, se siente diferente y raro, no en un mal sentido. Sino que apenas se sobre este lugar.
La ciudad de Londres, tan triste y brumosa en invierno, tiene también sus días de esplendor...
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Cuando bajo las escaleras del edificio, puedo verlo esperando allí de espaldas a la entrada, se ve tan lindo, solo puedo ver su perfil y como sus ojos ven hacia delante con sus largas pestañas, su nariz bien perfilada y sus labios carnosos y rojizos por el frío del invierno. De su boca sale humo y no es del frío, miro sus manos y en una de ellas sostiene un cigarrillo entre sus dedos, le da una calada y por fin se da la vuelta y me ve, yo me dirijo a la entrada y salgo, el frío me envuelve y haga que tirite un poco.
—Hola—sonríe él, puedo sentir su olor a tabaco que golpea contra mi cara y me hace desear poder tener uno ahora mismo—Oye, ponte tu abrigo que hace bastante frío—yo obedezco y trato de ponérmelo pero una manga se enrosca por dentro y me es imposible de meter mi brazo, él se acerca a mi y tira su cigarrillo al suelo, para después tomar mi abrigo y sacar la manga que se había enroscado, extiende la manga y me dice que meta la mano, yo lo hago y el mete mi manga por mi brazo.Luego de eso toma el cierre y lo lleva hasta arriba del todo.
—Gracias—digo, él todavía sigue con su semblante serio, pero cuando ve que le sonrió él también me devuelve una sonrisa.
Caminamos por las calles vacías y oscuras para poder tomar el metro.
—No sabia que fumabas—lo miro mientras nuestros pies aun siguen caminando—¿Hace cuanto fumas?
—Hace bastante—responde y su voz suena raspada y marcada por su hermoso acento—desde que tenía dieciocho más o menos.
—cuatro años fumando, eso es un montón—hablo yo, él en cambio sigue callado, mirando hacia el frente y dirigiéndome hacia la estación.
Se hace un silencio incómodo y decido volver a hablar .
—Yo también fumaba—ahora si me mira, y presta toda su atención en mi—pero lo he dejado, me gustaba hacerlo por que quería ser la chica mala o popular por andar fumando¿Sabes?. Pero en realidad luego me di cuenta que lo hacía por que me sentía realmente mal y lo necesitaba para de alguna forma "hacerme daño"—hago comillas cuando digo esas últimas palabras, agacho mi cabeza mirando mis pies que no paran de caminar—Fui una estupida por pensar que el cigarrillo haría olvidarme de todos mis problemas, ahora no podría ni verlo, no quiero volver a eso.
—¿Estabas pasando un mal momento?—me repite el y yo asiento. Me encanta como podemos decirnos todos nuestros secretos y problemas, y entendernos perfectamente, coincidimos en las mayorías de las cosas y tenemos bastantes cosas en común. Eso me he dado cuanta estos días que pasamos juntos, los dos estamos hechos una mierda por dentro.
—Si, yo empece a fumar cuando tenía diecisiete, no hace mucho, pero fue cuando todavía no había venido aquí, cuando estaba en Canadá, es allí de donde vengo—doblamos en la esquina y bajamos las escaleras de la estación de metros—bueno resulta que estaba pasando por un mal momento, por que mis padres siempre me han controlado todo y siempre he vivido con la idea de no decepcionarlos, y de ser la hija perfecta para ellos, siempre fueron muy estrictos con el tema de los estudios y nunca querían que me desconcentrara, alguna veces no me dejaban ir a ningún cumpleaños de mis amigos o no me dejaban ir a la casa de mis amigas, por quedarme a estudiando. Por eso siempre me fue bien en la escuela, de hecho me gane la beca en la que ahora es mi universidad pero en realidad, nunca me gusto ni me gusta lo que estoy estudiando, que es economía.Estudio lo que mi papá le gustaría que fuera, ya que mi hermana mayor es abogada, pues yo también tendría que trabajar de algo importante, ya sabes, si no opacaría a la familia—Bufo levantando la cabeza, y me doy cuenta que ya hemos llegado a la parada sólo falta a que llegue el metro.
—Yo también he pasado mucha mierda—empieza a decir, seguro para que no me sienta tan mal después de todo—Me juntaba con gente de mierda y cada vez me transformaba en una de ellas, por suerte me he alejado de ellos y me relaciono con gente mucho mejor ahora—yo asiento.
—te entiendo perfectamente, yo me juntaba con personas que realmente no les importaba nada, solo cuando les convenía—El metro para frente a nosotros y subimos.
Yo elijo un asiento y el se sienta a mi lado, no puedo evitar mover mis piernas como si estuvieran temblando
—Fue mala idea traer falda—apoyo mis manos sobre mis muslos, para tratar de calentarlos con el calor de mis manos, pero es imposible, mis manos están hechas hielo.¿Por que no pensé tanto en el clima y me hubiera puesto unos Jeans?El mira mis piernas y apoya una de sus manos sobre mis piernas, nuestro contacto me hace erizar la piel, también puedo sentir el calor que emana de su mano.
—Mierda, si que estas helada.
Santo cielo.
Él empieza a frotar su mano contra mi pierna para hacerla calentar—¿No quieres volver? ¿Y así poder ponerte un Jean o algo?—yo niego y miro su cara —Segura? Vas a enfermarte.
—Si, segura, no es nada que ya no haya hecho antes—Lo digo en serio a veces solía ir a fiestas en invierno, e iba con vestido o con prendas demasiado frescas y cortas, luego terminaba bien, no me enfermaba ni nada. El asiente nada convencido y seguimos así, hasta llegar a nuestra parada. __________________________________ \*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*\*
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