Capítulo 4: Aris

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Ethan lo soltó del abrazo y notó que es un poco más pequeño que él, levantó la mano y acarició su cabello para calmarlo.

—Ahh...bueno, olvidémonos de estas cosas y pensemos mejor en qué haremos hoy—dijo animado y limpió las lágrimas de su mejilla.

—Mm—asintió mientras se limpiaba la cara, su nariz y mejillas estaban un poco coloradas.

—De acuerdo, ya tienes un pantalón, ahora sólo falta la camisa—dijo mientras regresaba al armario y sacaba dos camisas blancas y le dio una.

Ethan empezó a ponerse la suya, la metió dentro del pantalón y se arregló el cuello, luego vio como le estaba yendo a él.

Se había puesto la camisa pero la tenía por fuera y el cuello estaba desordenado.

—Tienes que meter tu camisa dentro del pantalón y luego arreglar el cuello—sugirió de manera amable.

—Oh...esta bien—dijo mientras se desabrochaba sus pantalones y los dejaba caer al piso. La camisa blanca contrastaba con su piel y le quedaba algo larga, hasta la mitad del muslo.

—¡Espera, espera, espera!, p-puedes hacerlo sin bajarte los pantalones—exclamó y miró hacia otro lado.

—¿Cómo se hace?—preguntó desconcertado.

—Ahhh...—suspiró—No importa tú sigue, también puedes hacerlo así.

Procedió a levantar los pantalones y con un poco de dificultad logró meterse la camisa y abrocharse el pantalón.

—Ven, te ayudaré con el cuello de la camisa—se acercó y arregló el cuello, sus dedos tocaron levemente su piel tan suave y pálida, el escote era pronunciado y dejaba ver parte su marcada clavícula y de su pecho...

—Gracias—dijo y tomó una de sus manos en señal de agradecimiento, acercó su rostro al de Ethan y le sonrió, sus labios eran un poco delgados, se miraban tan suaves...

—No es nada, te prestaré mucha ropa diferente, así que tengo que enseñarte como se pone—sonrió y soltó su mano, Ethan sintió su rostro caliente y su corazón palpitaban como loco.

—No creo que necesitemos zapatos—añadió Ethan mientras se los quitaba, cuando observó que el joven pateaba la orilla de su pantalón.

—Siéntate en la cama un momento.

—¿Para qué?

—El pantalón te queda un poco largo, te ayudaré a que no lo arrastres, puedes caerte—explicó mientras él se sentaba, se acerqué y se puso de rodillas.

Tomó uno de sus pies, tan delicados y blancos, lo apoyó en su rodilla y dobló un par de veces el ruedo e hizo lo mismo con el otro.

—Listo.

—Gracias—dijo muy contento—nunca me había puesto algo así—se levantó de la cama y apreció la ropa que andaba puesta.

—¿En serio?

—No muchas personas vienen aquí.

—Oh si, quería preguntar sobre la isla—dijo Ethan con curiosidad, no lo había hecho antes porque sólo pensaba en él, e incluso se olvidó de su tripulación.

—Es complicado, pero tenemos mucho tiempo, te lo explicaré mientras caminamos, y... hace mucho no converso con alguien, así que... tal vez hable mucho—tomó un mechón de su cabello y empezó a jugar con el.

—Descuida—respondió riendo—yo también hablo mucho.

Su rostro se ruborizó un poco mientras el joven lo miraba y asentía...

—Salgamos de aquí entonces—dijo y tomó la mano de Ethan con entusiasmo.

Salieron y bajaron del barco, caminaron por la hermosa playa blanca, sus pies se hundían en la arena helada y la brisa soplaba con suavidad.

—Entonces ¿de qué quieres que hablemos?—dijo el joven mirándolo.

—Mm... supongo que primero hablemos de la información básica...—justo en ese momento Ethan recordó algo y dijo—por cierto, ¿cuál es tú nombre?

—Claro, aún no lo sabes, que torpe, debí decirlo primero—respondió un poco apenado—casi no me gusta mi nombre, pero ya que me lo preguntas, mi nombre es Argiss Sirilius Artemis Zalet Obelix Tyrthon.

—....

"¿¡Qué clase de nombre era ese?!"

Es tan malditamente largo y difícil de decir, que Ethan apenas pudo recordar los dos primeros.

—Sé que es largo, odio ese nombre, sabes...—se interrumpió así mismo de repente y exclamó encantado— ¡mejor escojamos otro para mí!, sólo escoge cualquier nombre, el que más te guste.

—No puedo sólo hacer eso—respondió asombrado, no es como si estuviera nombrando a una mascota, no puede escoger un nombre para él así como así.

—¿Por qué?—preguntó un poco decepcionado.

—No puedo reemplazar el nombre de alguien así por así.

—Mi nombre me fue dado por mis padres, pero todo lo relacionado con eso ya no me importa, quiero un nuevo nombre—dijo con un tono de amargura— pero no tengo idea de cuál escoger, ¡dime los nombres que se usan dónde vives!, por favor...—suplicó con su linda carita.

—Está bien—dijo suspirando—déjame pensar, mm.... no soy muy bueno en estas cosas.

—Vamos, tu puedes, todos los nombres de donde yo vengo son así de feos, tienes que elegir tú...

—¿Qué tal Aris?, se parece a Argiss que es tu primer nombre.

—¡Me encanta!—dijo con una sonrisa brillante—¿Y cuál es el tuyo?

—... Ethan

—Ohh que bonito—exclamó con una sonrisa radiante y sincera.

—Gracias, el tuyo también es bonito Aris—dijo riendo.

Los ojos más bellos del mar© ✓ [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora