Capítulo 12: Sangre

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Cuando Aris salió del agua no vio a Ethan por ningún lado.

Su corazón comenzó a latir cada vez más rápido. Tenía un mal presentimiento. Salió del agua a toda prisa, dejó a un lado la caja que llevaba en las manos y empezó a buscarlo por todos lados.

Pero no importaba cuanto lo llamara o lo buscara no podía encontrarlo. Se sentía angustiado.

"¿Dónde estás, Ethan?"

Se preguntaba con desesperación.

Decidió buscarlo en las otras cuevas, y en los túneles subterráneas.

"Esperó que esté bien....¿y si ellos..? No, no puede ser, porque si él se llevó a Ethan estaría..."

Sacudió su cabeza en negación, no quería pensar en el peor escenario, trató de mantener la compostura, se dirigió hacia un agujero y se sumergió de nuevo.

Nadó a través de los túneles submarinos, buscó en cada cueva pero no encontró nada, cada vez que giraba o entraba a otro túnel se imaginaba ver su cuerpo flotando en el agua, o encontrarlo muerto dentro de alguna cueva, su corazón dolía y tenía muchas ganas de llorar cuando pensaba en eso.

Pensó que tal vez podría estar en otro lugar, así que decidió buscar en cada rincón de la isla. Regresó de nuevo a donde lo había visto por ultima vez, salió del agua y lo vio.

Estaba acostado boca arriba, pequeños rasguños traspasaban su camisa, dejando ver heridas y raspones rojizos, su rostro estaba pálido y su cabello rubio se esparcía y flotaba en el agua.

Aris se acercó con miedo, puso su oreja con mucho cuidado en su pecho y dejó escapar un suspiro de alivio cuando escuchó los latidos de su corazón. Le ardían los ojos y las lágrimas comenzaron a caer sin control.

—¿Ethan, puedes oírme?—dijo con voz temblorosa.

No hubo respuesta, y Aris empezó a impacientarse y ponerse nervioso.

"¿Y si le hicieron algo? ¿Le habrán puesto un sello o un hechizo?"

Preocupado puso sus manos en su cabeza y presionó ambos pulgares en su frente, cerró los ojos y sintió el interior de Ethan, todo parecía estar bien, no había nada en su cabeza ni en su corazón.

"Menos mal no le hicieron nada...."

Se sintió un poco aliviado y prosiguió a revisar su cuerpo, que por suerte solo tenía cortes en los brazos y ningún hueso roto, revisó su cabeza y no tenía ninguna herida o golpe, pero aún así tenia miedo de moverlo.

"¿Y si se lesionó la espalda o se fracturó la columna?"

No quería arriesgarse a lastimarlo más, se acercó a un agujero y saco un coral afilado, volvió y se sentó a su lado, hizo un corte a lo largo de su dedo índice y dejó caer las gotas de sangre en su boca. Desató la cinta para el cabello de su muñeca y se vendó el dedo, volvió a su forma humana y caminó hacia donde había dejado su ropa y zapatos, se vistió lo mas rápido que pudo, se acercó de nuevo a Ethan y apartó su cabello plateado a un lado y lo levantó, lo puso sobre su espalda y comenzó a caminar.

Cuando llegaron donde estaban los zapatos, lo recostó con cuidado en la pared y le puso las botas a Ethan, luego se puso las suyas y volvió a cargarlo.

Caminó fuera de la cueva, ya era medio día, el sol resplandecía en lo alto y el calor tropical se sentía en el aire, sus botas se hundían en la arena cuando avanzando por el mismo camino estrecho.

Su expresión era rígida, sus ojos desprendían un aire de frialdad e ira, estaba muy enojado con quien haya hecho esto, quien sea el responsable sólo tenía ganas de matarlo con sus propias manos, aunque ya curó sus heridas eso no quita el hecho de que lastimaron a Ethan.

Los ojos más bellos del mar© ✓ [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora